Hace un par de días encontraron flotando en la laguna de El Junca, ubicada en el municipio de Palermo, Huila, el cuerpo de Nelson José Cuauro, un hombre venezolano dedicado al reciclaje.
Desde el principio las autoridades y la comunidad afirmaron que podría tratarse de un homicidio, pues el cuerpo del hombre tenía una cortada en el cuello y signos de haber sido asesinado.
Sin embargo, la historia trasciende más allá, ya que la madre de la víctima compartió recientemente a través de sus redes sociales la experiencia tan dolorosa por la que ha tenido que atravesar después de recibir el cuerpo de su hijo para darle cristiana sepultura.
Según la señora, después de intentar contactar al sacerdote de El Juncal para programar una misa en memoria de su hijo, la madre y algunos familiares fueron informados de que el sacerdote no podía realizar la misa debido a su apretada agenda. Según la madre, el cura les dijo: “Entiérrenlo así, después le hago la misa”.
Ante esta negativa, la madre, junto con algunos allegados, improvisó un entierro. Recibieron un poco de agua bendita que un vecino les regaló y rezaron un rosario para despedirse de su ser querido.
Claramente la situación desencadenó un sinfín de comentarios, ya que hay quienes afirman que todo ser humano debería recibir una buena despedida, sin embargo, hay quienes indican que el sacerdote tendría sus razones para evitar hacer la misa.
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Fuente consultada Pulzo.