Ana Quezada confesó como asesinó a su hijastro de 8 años después de discutir con él

Ana Quezada confesó como asesinó a su hijastro de 8 años después de discutir con él

La asesina confesa del niño español  Gabriel Cruz; Ana Julia Quezada en hechos ocurridos  el pasado 27 de febrero, cuando desapareció después de salir de la  casa de su abuela en dirección a la de unos familiares ubicada a menos de cien metros de distancia, relató a las autoridades la manera como asesinó al hijo de su pareja, tras unas discusión con el menor.

Ante los agentes de la Guardia Civil española  Ana Julia Quezada, dijo que los hechos no fueron premeditados. Dijo que  después de que el niño salió de casa de su abuela, ella cogió el automóvil y se lo encontró por la calle  Sexta, el menor se encontraba jugando solo con un palito y  ella le pidió que la acompañara a una finca que estaban arreglando, a lo que Gabriel accedió.

Una vez allí, ella comenzó a pintar, mientras tanto el niño jugaba fuera. «En un momento dado me asomé y le vi jugando con un hacha. Y entonces le dije: ‘¿Pero qué haces jugando con un hacha?’. Él me insultó, yo le intenté quitar el hacha y él me dijo: ‘Tú no eres mi madre, tú no me mandas y, además, no te quiero volver a ver nunca’. Así que nos peleamos por el hacha, se la quité y al final, con la rabia, acabé asfixiándole, tapándole la nariz y la boca».

En el relato confesó que después de  haber matado al niño, se fumó un cigarro y estuvo pensando. Después le quitó toda la ropa y lo enterró, para no hacer daño a su pareja sentimental, Ángel, es decir el padre del menor:

«Así él no sabría nunca lo que habría pasado». En su versión,agregó que en un primer momento habría escondido la ropa en la propia casa de la abuela, dias después las depositó en un contenedor de vidrio ubicado a unos 30 kilómetros.

Posteriormente escondió el cadáver del menor en un pozo de una finca del padre del niño, hasta que ella lo sacó y lo trasladó a Vícar

«Si coloqué la camiseta en los juncos fue para despistar».  Sin embargo este suceso hizo sospechar a los investigadores, ya que la zona había sido rastreada con anterioridad  y no se había encontrado ninguna pista.

La mujer, de 44 años, habría matado al niño el mismo día de la desaparición, en el pueblo Las Hortichuelas de Níjar, también en el sur del España.

De manera cínica Quezada, pareja sentimental del padre, ayudó en la búsqueda y en los actos de apoyo a los padres del niño, Ángel Cruz y Patricia Ramírez.

Según la hipótesis de la investigación, Quezada pudo actuar movida por los celos hacia el niño, después de que el padre rechazara irse con ella a República Dominicana, y dejar al niño en España.

Quezada llegó en 1995 a Burgos (norte de España) procedente de su país, y se instaló junto a una hija. Posteriormente se casó con un español y tuvo otra niña. La mayor falleció en 1996 al caer desde una ventana de la vivienda de Burgos a un patio interior, un caso que se cerró como una muerte accidental.

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