Terminal de Lorica lleva 11 años convertido en elefante blanco

Terminal de Lorica lleva 11 años convertido en elefante blanco

Por María Camila Chávez

Han pasado 11 años desde que se dio inicio a la construcción de la nueva Terminal de Transporte de Lorica, ubicada a la salida de la misma, pero aún no ha sido culminada.

De la obra, que traería progreso y buscaría descongestionar el tráfico en la ciudad, hoy solo quedan vigas, columnas y un techo que se divisa en medio de la maleza que creció a su alrededor.

El contrato suscrito en el año 2005 por el entonces alcalde Rodolfo Montes tuvo un monto de  mil 798 millones de pesos y fue asignado al contratista Santander Mafioly Cantillo.

Esta obra tenía que ser entregada en 10 meses de acuerdo a lo estipulado en el convenio, pero el tiempo fue pasando y nunca se concretó.

Alfredo Vergara, quien tiene 20 años trabajando como conductor de transporte público, cuenta que de parte de la empresa jamás se le informó sobre el cambio de lugar de la terminal además, considera que es algo que nunca se va a dar puesto que es un “elefante blanco”.

Dentro de las clausulas estipuladas en el acuerdo para el cumplimiento general del contrato, el contratista de la obra debía pagar el 10% del valor total en caso de incumplimiento. Rafael Ballestero, abogado, señala que este es un claro ejemplo de fraude al erario público, teniendo en cuenta que no existe un acta de suspensión y el contrato sigue vigente. «Debieron aplicar la cláusula aceleratoria de la liquidación del contrato. Al no utilizar ninguna de las herramientas legales se puede decir que los recursos fueron desviados hacia otras partes», indicó.

Respuestas evasivas

Ni la misma administración municipal sabe con exactitud qué pasa con este contrato. En un derecho de petición en el cual se indagan las causas de la suspensión de la obra, responden que desconocen el motivo y señalan que el único documento que tienen es el contrato de esta obra civil, pero tampoco está a la mano y pidieron más del tiempo reglamentario para poderlo entregar.

Hay quienes dicen que hay otra historia en torno a este tema. Un ingeniero civil, quien pidió que no se revelará su nombre, dijo que el presupuesto estipulado no alcanzó y en ese momento no era un proyecto viable ya que la mayoría del flujo vehicular es hacia Montería, así que los buses tendrían que cruzar por toda la ciudad.

El segundo es por cuestiones del terreno, debido a que el lugar donde se empezó a construir no es del municipio sino de un particular. Tuvieron que llegar a un acuerdo con el dueño del lote con una promesa de compra- venta, pero el municipio nunca lo compró teniendo en cuenta que existía una cláusula que explicaba que si un tiempo determinado no se compraría el lote sería regresado a su dueño. «La administración municipal no puede invertir en esta obra ya que no se puede construir en un terreno que no es del municipio pues esto ocasionaría que se abriera un proceso de investigación en la Contraloría u otro ente de control», indicó el profesional.

También aseguró que los recursos para la realización de las macro obras en Lorica como la Avenida Jesús María Lugo, la cual no fue terminada por completo, la Avenida de los Estudiantes y la Terminal de Transporte fueron planeadas con un préstamo que hizo el municipio al IDEA (Instituto para el Desarrollo de Antioquia) y que lo llevó a un detrimento patrimonial porque se tenían que pagar unos intereses bastante altos, que fueron cancelados en su totalidad en el año 2015.

Kelly Anichari, quien tiene más de 20 años viviendo a las cercanías de donde quedaría la nueva terminal, cuenta que son más las cosas negativas que positivas que traería esta obra puesto que ya no habría tranquilidad, aumentaría el ruido y la inseguridad.

Igual piensa Cristian Llorente, quien tiene un negocio a la salida de Lorica, quien advierte que aunque reconoce que la construcción de esta obra hubiera sido beneficioso para su local, tendría que renunciar a la paz y seguridad a la que está acostumbrado.

Hay que indicar que el exalcalde Rodolfo Enrique Montes Rhenals, quien fue el gestor de la obra, se encuentra inhabilitado para contratar con el Estado y desempeñar cargos públicos de acuerdo con la página de la Procuraduría General de la Nación.

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