El rumbo incierto del asilo de Montería

El rumbo incierto del asilo de Montería

Por Ángilis Rodríguez Domínguez

Los 48 ancianos que viven en el asilo El Perpetuo Socorro de Montería, tendrán que abandonar en algún momento el que ha sido su hogar por décadas. Lleva 70 años funcionando en el mismo sitio, al norte de la ciudad, pero de manera intempestiva cambió su destino.

El asilo es un recinto grande, tranquilo, lleno de paz y del canto de los pájaros que habitan en los árboles que caracterizan el lugar. Su arborización y zonas verdes dan un estado de relajación, en donde los abuelitos pueden caminar y sentirse seguros.

Es un espacio agradable y plácido a la vista de cualquiera que lo visite, pues por su buen estado, se nota el esmero de las monjas y de cada uno del personal que lo conforman. Sus zonas de esparcimiento están bien equipadas, en las cuales pueden jugar juegos de mesa, leer libros, ver televisión y escuchar la radio.

El predio en el que hoy día se encuentra el asilo El Perpetuo Socorro, más exactamente en la carrera cuarta número 50-20 fue una donación de la familia Lázaro Vivero en el año de 1945 a la ciudad de Montería, para que los ancianos tuviesen un resto de vejez digna.

Empezó el problema

El problema de este lugar idílico empezó en 2008 cuando se fraguó la venta del mismo, auspiciada por la junta directiva del asilo El Perpetuo Socorro de Montería.

Se suscribió el contrato de compraventa entre el entonces obispo de Montería, monseñor Julio César Vidal, y el entonces alcalde Marcos Daniel Pineda.

El valor pactado fue de mil 600 millones de pesos, pero para la mayoría de los monterianos ese sitio costaba más dinero.

Aunque hubo mejores ofertas para la compra del predio, la junta directiva decidió vender a la Alcaldía de Montería bajo el argumento de querer hacer un aporte significativo al desarrollo de la ciudad y que los 1.600 millones de pesos serian invertidos en la construcción de la nueva sede del asilo, ubicada en el barrio Mocarí.

Las hermanas que manejan el lugar son las primeras que han señalado que no abandonarán el lugar hasta tanto haya otro que tenga condiciones dignas, pero parece que esa posibilidad está cada día más lejana.

Construcción en ruinas

Hoy siete años después la construcción del nuevo hogar para los ancianos está en ruinas. La propiedad queda en el barrio Mocarí. Es complicado llegar hasta el lugar puesto que la vía no está pavimentada, lo cual hace difícil el acceso y mucho más aún en épocas de lluvia.

Es una parte recóndita, a la orilla del río Sinú, esta se torna hasta peligrosa por las zonas aledañas a ella. Hay demasiados zancudos, la edificación parece una jungla debido a la cantidad de maleza que crece a su alrededor y el polvo se vuelve insoportable.

Más que un hogar para adultos mayores, parece un hospital y muchas personas afirman que pasan narcotraficantes por el río.

La construcción de la nueva morada para los ancianos fue diseñada por la arquitecta Lina Muñoz, quien lo concibió como una edificación de cuatro pisos pese a que no hay ascensor, ni plata para comprarlo.

Aunque la obra quedó por la tercera planta, lo curioso es que según el arquitecto Joaquín González Mendoza la edificación no cuenta con las especificaciones apropiadas requeridas para una residencia de personas de avanzada edad.

La construcción consta de varios niveles y no se proyecta la instalación de un ascensor, los pasillos internos y los baños no poseen pasamanos, los andenes que comunican diferentes zonas con otras son demasiado angostos, no tienen diseño de cubierta y carecen de rampas para acceder a los mismos. Las áreas de esparcimiento no están construidas o siquiera definidas, así como tampoco jardines de trabajo.

“En la construcción del nuevo asilo están invertidos 2.800 millones de pesos y sería un pecado decir que se robaron el dinero de la venta de la antigua propiedad. Lo malo fue que nadie estuvo al frente de la obra, ninguno cuidó la obra, no pidieron permiso siquiera para construir, no buscaron una constructora, colocaron a estudiantes al frente de eso. Lina Muñoz, quien estuvo dirigiendo la edificación no se esmeró por la obra sino fuera hasta muy bonita», indicó el arquitecto González.

Actualmente la edificación está en ruinas, cayéndose a pedazos y lo más injusto es que de los recursos del asilo les toca pagar facturas y celaduría del nuevo lugar indicó la hermana Susana Ordoñez, actual directora del asilo El Perpetuo Socorro.

Por una tutela

Lo cierto es que a las religiosas en 2011 les tocó colocar una acción de tutela para que no sacaran a los ancianos de su hogar idílico, pero el tiempo de la tutela ya acabó. Aunque las hermanas dicen no tener ninguna presión por parte de la Alcaldía para abandonar el lugar, están conscientes de que su futuro es incierto.

Efrén Vega, uno de los ancianos que lleva tres años en el lugar y se desempeña como portero del mismo, afirma que ese es un hogar soñado, tan soñado que desde que llegó no ha querido salir. “Yo llegué muy mal acá, las hermanitas me recogieron de la calle, en un estado que ni mi misma madre me hubiese reconocido. Aquí con la ayuda de las madrecitas me fui recuperando, vieron mi potencial al servicio y decidieron darme la responsabilidad de la portería. Nosotros no estamos dispuestos a irnos para ningún lado, menos a un lugar que no está en condiciones para señores que están en estado delicado. Este es nuestro hogar y de aquí no nos saca nadie”, reiteró.

Muchos son los interrogantes que rodean esta terrible injusticia, el más sonado es que no se entiende, ¿Por qué siendo un terreno que fue donado a la ciudad de Montería con un objetivo específico, la junta del asilo tiene la facultad de venderlo?

Quizás nunca saldrá a la luz las intenciones que se forjaron para dejar a los ancianos prácticamente en la calle, en un predio que ya no les pertenece y con el nuevo prácticamente en ruinas.

Sin esperanzas, recursos y disposición para terminarlo por ahora, nadie sabe a ciencia cierta lo que pasará. Por ahora las religiosas dicen que no pueden irse con los ancianos a la calle porque el nuevo sitio además no ha sido terminado.

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