La aerolínea Viva Colombia desmintió que hubiera registrado alguna emergencia o fuga de combustible en el vuelo FC8170 que viajaba de Bogotá a San Andrés y que terminó aterrizando en el aeropuerto de Ríonegro, minutos antes de estrellarse el avión de LaMia en donde venía el equipo Chapecoense.
Señalan que el capitán no se declaró en emergencia y que el avión no presentó fuga, escape o derramamiento de combustible, sino que alternó al aeropuerto de Rionegro como medida preventiva, siguiendo los protocolos de seguridad.
En un comunicado señalan que el avión volaba con el combustible necesario para ir a San Andrés, ir al aeropuerto alterno más lejano y sobrevolar 45 minutos, en caso de ser necesario, tal cual se indica en los RAC (Reglamentos Aeronáuticos Colombianos) y que ellos cumplen con la regulación colombiana y los estándares internacionales determinados por la Organización de Aviación Civil Internacional.
No hubo riesgo
Los directivos de la compañía aclararon que los pasajeros, la tripulación y la aeronave en ningún momento se consideraron en una situación de riesgo.
Explicaron que durante el vuelo, el capitán evidenció una notificación en cabina que consistió en una indicación en el nivel de combustible en uno de sus tanques, que es una situación contemplada, tanto en el manual del fabricante del avión como en el de la aerolínea, por lo que le da elementos al comandante de la aeronave para tomar decisiones en el contexto de una operación segura.
«De manera preventiva y acertadamente tomó la decisión de alternar al aeropuerto José María Córdova de Rionegro, aterrizando satisfactoriamente a las 9:51 de la noche, siguiendo las indicaciones de la torre de control dentro de una operación normal. Una vez la aeronave estuvo en la posición de parqueo, fue inspeccionada por el área de mantenimiento que la encontró en óptimas condiciones y el avión retornó a operación a las 11:37 p.m.», señalan los voceros de la compañía.
Reiteran que no existió incidente o eventualidad alguna y que VivaColombia en ningún momento se declaró en emergencia como se evidencia en las grabaciones de la torre de control, que hoy son de conocimiento público. «Las afirmaciones de fuga, escape o derramamiento de combustible o aceite en la aeronave y en la pista de aterrizaje, son incorrectas», dijeron finalmente.