Para nadie es un secreto que al expresidente estadounidense Donald Trump no le importa hablar de forma despectiva sobre algunos temas controversiales a nivel mundial y eso quedó bastante claro cuando el pasado fin de semana dio unas polémicas declaraciones en un mitin en Ohio.
Para Trump las próximas elecciones presidenciales que se llevarán a cabo el del 5 noviembre serán la “fecha más importante” en la historia de Estados Unidos, y calificó su campaña hacia la Casa Blanca como un punto de inflexión para el país.
Sin embargo, la polémica inició cuando habló acerca de la migración ilegal, ya que dijo fuertes palabras sobre aquellas personas que llegan de manera irregular al país norteamericano.
“No sé si les llamaría personas […] En algunos casos no son personas, es mi opinión. Pero no se me permite decir eso porque la izquierda radical afirma que es terrible decir algo así”, dijo el mandatario durante su crudo discurso de campaña de cara a las elecciones de noviembre.
Y su polémico discurso continuó, al advertir que habría un “baño de sangre” si no resulta electo, aunque no quedó claro a qué se refería, ya que el comentario lo hizo en medio de declaraciones sobre los desafíos que enfrenta la industria automotriz estadounidense.
Con esas palabras claramente muchas personas se sintieron identificadas y ofendidas, sin embargo, cuestionan bastante la coherencia con la que Trump habla, porque está claro para ellos que lo que él busca es llamar la atención.