El rector de la Universidad Autónoma del Caribe, Ramses Vargas, renunció a su cargo en medio de un escandalo de corrupción que salpica a uno de los principales centros de educación superior en la costa.
Vargas dijo que da un paso al costado para permitir que la histeria colectiva se atempere y para contribuir a que se retomen las actividades en el claustro universitario, de cuya crisis responsabiliza a la anterior rectora, Silvia Gette.
«Nuestra angustia económica prefabricada delincuencialmente desde un micrófono llevó a nuestros empleados a ejercer sus justas protestas que a la postre llevaron a la parálisis institucional que hoy padecemos. Cuando nuestra universidad estuvo tomada por el paramilitarismo todos callaban. Hoy en pleno año electoral un gobierno aborrecido por su ineficiencia se decidió a tomarnos de botín de guerra y subirse en la ola de una opinión desinformada para mostrar que actúa», agregó el saliente rector.
La situación no es fácil en la Universidad. Los profesores se mantienen en paro desde hace varios días con el fin de presionar el pago de sus salarios y la adecuación del alma mater para dictar clases en un espacio digno para los estudiantes.
Por su parte, la vicefiscal, Maria Paulina Riveros, explicó que se inició el proceso de recepción de distintas denuncias por parte de estudiantes y profesores, así como la ampliación de la información que en días pasado suministró el Ministerio de Educación Nacional y que evaluarán la existencia de delitos o personas a las que haya que señalar pata imputar, juzgar y condenar.
Aclaró que en este momento no hay ninguna persona imputada, pero que las investigaciones tendrán que señalar al responsable del déficit financiero en el que se encuentra la universidad.
Varios trabajadores de la institución, apostados a la entrada principal, celebraron la salida de Vargas, indicando que tenía un salario cercano a los 70 millones de pesos mensuales y que no hizo los trámites correspondientes para superar la crisis.