Nacieron trillizas y sus padres piden ayuda para mantenerlas

Nacieron trillizas y sus padres piden ayuda para mantenerlas

Como buenos padres Doris Vera Imitola,  y Javier Pabón Guerrero, de 26 años de edad,  señalan que  aun en medio de la difícil situación económica  el nacimiento de sus hijas les inundó de alegría el corazón, las pequeñas Brenda, Briceth y Breinis, quienes ya completaron un mes de nacidas y ahora son las princesas de su hermanito de 7 años.

Sin embargo para el enamorado padre quien se quedó sin trabajo y redobla esfuerzos como mototaxista para llevar el sustento diario a su familia, reconoce que siente temor por el futuro de sus pequeñas porque lo que gana no es suficiente para mantenerlas a ellas a su esposa y a su otro.

Javier admite aunque se enteró que nacerían trillizas cuando su esposa tenía dos meses de embarazo por lo que  se preparó para los gastos del  parto y el ajuar de la bebesitas. Sin embargo tras un mes de nacidas, la situación se ha complicado ya que las niñas son prematuras por lo que permanecieron en incubadoras varios días, no obstante dos de ellas dos de ellas tienen dificultades por bajo peso,lo que implica un mayor cuidado y una alimentación especial.

«Una de mis hermanas nos ha ayudado mucho a cuidarlas porque mi mujer también apenas se recupera de la cesárea, y se le dificulta atenderlas a las tres al mismo tiempo, aparte el niño también requiere atención. Pero en la parte económica si estamos bien apurados por eso aunque siento pena y no pensé hacer esto pido ayuda para mis niñas» Javier Pabón Guerrero.

La joven pareja dice tener todo el amor del mundo y las ganas de sacar adelante a su familia pero la difícil situación económica los hace temer por el futuro de sus hijos. Eso los obligó a pedirle ayuda  tanto en la alcaldía como en la gobernación. “La primera dama del Cesar quedó en venir y nunca vino, nos quedamos esperando”, comentan.

Los jóvenes padres  residen en la Manzana Z, Casa 459 del barrio Nuevo Milenio,  al sur Valledupar. Allí esperan que sus hijas  Brenda, Briceth y Breinis nunca padezcan hambre ni necesidades, por lo que sumado a sus esfuerzos también esperan la colaboración de todo aquel que quiera ayudarles.