Falsos testigos en el proceso Zapa

Falsos testigos en el proceso Zapa

Por: Victorino Gasparín

Si bien los ciudadanos y la comunidad en general quieren que se sepa la verdad en el caso de la desaparición y muerte de Jairo Zapa, y que sus responsables sean condenados por la justicia, como sería el caso de Jesús Henao Sarmiento, supuesto autor intelectual de la desaparición y posterior muerte del mencionado ex director de Regalías Departamental, también es cierto que el ente investigador debe ser acucioso y severo en la valoración de los testimonios.

El mayor cuidado debe tenerse con supuestos testigos que llegan en paracaídas al proceso o quienes van en busca de algún beneficio. En este sentido, la Fiscalía ha sido permisiva dado que van dos personas que han declarado y se sabe que mienten. Sin embargo, no se conoce por parte de la opinión pública que existan investigaciones en su contra.

El primero de esos testigos es el fallecido Jaime Agámez, con quien por ejemplo el exgobernador Alejandro Lyons Muskus tenía problemas personales desde el año 2007 cuando el señor Agámez estuvo detenido por cuenta de una denuncia interpuesta por el ex gobernador por el delito de extorsión. Es un hecho público la animadversión entre ambos, al punto que el exgobernador no le reconoció, ni pagó a Agámez por concepto del 50/20 o llamado “Carrusel de la Educación”, incluso Agámez no era testigo presencial sino de oídas, porque supuestamente le contaron, ubica a Lyons en una reunión en Montería, cuando estaba demostrado que este se encontraba en la ciudad Bogotá, D.C.

Este primer falso testigo del proceso no es único. Al proceso también llegó en paracaídas, según fuentes cercanas al ente investigador, el señor René Arroyo, supuesto amigo del ex senador Bernardo Ñoño Elías, quien llegó al proceso de la mano de investigadores de la Sijin, anunciando tener pruebas en el proceso de Jairo Zapa, y ser testigo de oídas de lo que sucedió. De este oscuro personaje se conoce que para la época de los hechos residía en la ciudad de Bogotá. En varias ocasiones declaró tener pruebas de aquellos hechos tratando de involucrar o enlodar a varios dirigentes políticos del departamento como al mismo Ñoño Elias, a Lyons, a Musa Besaile, entre otros. No obstante, al momento de buscar o constatar dichas pruebas con los investigadores de la Sijin, este se excusaba de no encontrarlas, es decir, una conducta reiterada de anunciar pruebas que no tiene, porque las veces que se le requirió por la Fiscalía para aportarlas, salió con excusas y evasivas como perdérseles a los agentes en el camino a su casa en Bogotá, donde supuestamente tenía las pruebas.

Estos testigos falsos tienen varios aspectos en común, por ejemplo, llegar en paracaídas, son testigos de oídas, se presentan voluntariamente, nunca han sido requeridos en el proceso, sino a motu propio, tienen antecedentes penales y en muchos casos tener problemas personales con dirigentes políticos. Los relatos no concuerdan con elementos objetivos de la investigación; en muchos casos son fantasiosos y solo buscan beneficios o están precedidos de extorsiones o chantajes, normalmente de naturaleza económica.

Lo importante, señores fiscales no es cuántos presos tenga un proceso penal para mostrar falsos resultados y mediatizar la justicia, sino que estén detenidos y sean condenados los verdaderos responsables. Por ello, le pedimos investiguen a quienes vierten este tipo de declaraciones que solo buscan distraer o distorsionar las investigaciones, y por ende, la verdad de los hechos.

Las omisiones de la Fiscalía de no investigar a falsos testigos en el proceso Zapa solo sirven para que sigan apareciendo personas a solicitar beneficios y así seguir faltando a la verdad. La Fiscalía no puede seguir dejándose meter los dedos en la boca de este tipo de personajes. Menos show y más verdad.

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