EL esclavizante nuevo Código de Policía y Convivencia

EL esclavizante nuevo Código de Policía y Convivencia

Por: Jesús Eduardo Corena.

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Luego de analizar, leer, debatir e interpretar minuciosamente el Nuevo Código Nacional de Policía y Convivencia pude concluir que es supremamente contraproducente, en algunos aspectos jurídicos, pretendiendo apaciguar y sancionar ciertas conductas erróneas dentro del orden público. En lugar de propender la sana convivencia pacífica social termina siendo un factor opresor civil, al restringir un cúmulo de garantías sociales – fundamentales consagradas dentro del bloque de constitucionalidad. Pienso que en Colombia se está efectuando a pequeña escala un mini orden mundial, claro está como antesala de prueba ante un futuro planteamiento mayor.

A primera vista todo parece indicar que además de otorgarle una serie de facultades extraordinarias a  la fuerza pública al permitirle interponer una serie de sanciones sin ningún tipo de control o medida, también se restringen indispensables garantías que afectan tajantemente a la población civil,  dado a que ciertos accionares policivos atentarían contra el derecho a la libertad, a la protesta social e inclusive a la intimidad.

Consecuentemente las voces de inconformismo en los diversos puntos cardinales de la nación no se han hecho esperar, llegando hasta tal punto de interponer acciones legales en contra de la presente normatividad policial y de convivencia. Las demandas cada vez aumentan. Es así como el  artículo 140 de la ley 1801 de 2016 (Por la cual se expide el Código), sanciona drásticamente los trabajadores informales, en mi concepto vulnerando directamente los derechos fundamentales como al trabajo, al debido proceso y a la vida digna, en este caso  de los vendedores ambulantes. Vaya sarcasmo! Que atropello! Del mismo modo agrediendo el libre derecho a la reunión pública en los artículos 53, 54 y 55 al contraponer o más bien a desacatar la cláusula de reserva de ley estatutaria dispuesta en la Constitución Política Nacional como principal norma de normas.

Pero no todo es malo hay que anotar que los colombianos tenemos pocas buenas conductas o comportamientos y que con ellas afectamos a nuestros semejantes, por ejemplo el hecho de «obligar» a un dueño de perros o mascotas a  recoger sus excrementos cuando lo sacan a lugares públicos , acabaría con los «campos minados » en que se han convertido muchos parques  a lo largo y ancho del territorio. Pero acaso ya se prepararon lo municipios y construyeron los Cosos municipales (Albergue para perros,gatos y otras especies), que por estar en abandono también dejan sus excrementos en lugares públicos, entonces en este caso ¿ quién paga el impuesto?

Sin lugar a dudas este es  es  Colombia o mejor «Locombia» un país donde la mayor felicidad es la corrupción, donde paradógicamente en el Nuevo Código un ciudadano común pagaría una multa de 786.880  pesos, es decir una multa tipo cuatro que equivale a 32 salarios mínimos legales diarios vigentes mientras que otro que anda armado sin documentación solo pagaría una multa tipo 2, es decir 196.720 pesos correspondiente a ocho salarios mínimos. En este caso ¿quién representa un «peligro» con su comportamiento?  todo es una vil paradoja!  ¿dónde está la justicia o la equidad con que se aplica la misma? Sería Colombia país de putrefacta esclavitud, donde los congresistas fornican con el erario de la nación, que dolor! Que indignación! donde te cobran un 19 % de IVA por la alimentación, donde un jefe de Estado reptiloide no paga tributación a costillas del aumento de nuestro costo de vida, mientras son atropelladas algunas de nuestras garantías Con un Nuevo Código de policía. Toca confiar y esperar que se cumpla mi filosofía.»El Político Que Al Pueblo Humilla, Dios Lo Arrodilla».

Lo anterior me  obliga a pensar por qué el presidente Santos decidió darle cabida a una Reforma Tributaria que aumentará considerablemente el costo de vida de cada uno de los colombianos,  que tendrán que pagar los productos de la canasta familiar  más caros y así muchos impuestos cuando la un grueso porcentaje depende de un triste salario mínimo o peor aún vive del «rebusque», esta situación sin exagerar desembocaría en una eventual crisis civil de una población ultrajada por un opresor, «El Estado» y ahora un Nuevo Código de policía y Convivencia que en mi opinión vulnera muchos derechos.

En fin, en mi humilde concepto me indago ¿A dónde van a parar los recursos públicos en manos del Estado, el aporte económico internacional por parte de las embajadas para la ejecución de la paz, o el ahorro del costo bélico – pos conflicto? Todo esto si se comprende que al invertirse correctamente los anteriores presupuestos traerían consigo gran cantidad de desarrollo social sostenible a largo plazo, habiendo que inferir sin temor a dudas que la actual Reforma Tributaria es innecesaria, al ser para los políticos de alto rango una mermelada, para Santos su tajada, para el pueblo una bofetada, al direccionar mal la sumatoria del erario en la maldita corrupción de la nada, hasta que nos mamemos de tantos impuestos en la cara, mientras la Policía en ejercicio de sus funciones, quiera ver domada a una protestante sociedad atropellada.

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