Por Roberth Angulo Santos.
En días pasados, el periódico El Tiempo publicó una columna de opinión titulada «Es la plata estúpidos» de la columnista Paola Ochoa, criterio que si bien no representa el pensamiento de la casa editorial, demuestra y refleja una vez más el cinismo con que actúa la prensa cachaca.
La columnista dice entre otras cosas «ya no más ventiladores. Es hora de seguirle el rastro al dinero de estos pillos».
El mensaje parece claro, no prestarle atención a las delaciones o confesiones, que están en manos de la justicia, insinúa que las mismas son extorsivas y se realizan en busca de beneficios jurídicos, para justificarla deja una frase que expresó la fiscal Moro, quien destapó el escándalo Odebrecht y LavaJato «la lucha contra la corrupción se gana siguiendo el rastro del dinero; no con la dictadura de la extorsión de las confesiones y delaciones de los implicados”.
Resulta inaudito concebir que hoy no sean importantes las delaciones que han hecho varios de los personajes involucrados en las investigaciones, lo que hasta hoy ha pasado con los casos de corrupción en el país, son solo la punta del iceberg y es mucho lo que Colombia aún debe saber y conocer, por eso la justicia debe llegar hasta al fondo de las investigaciones y que caiga quien tenga que caer, no podemos seguir teniendo una justicia a medias.
Las delaciones son sumamente importantes, cuando las mismas tienen sustento probatorio, siempre he pensado que un simple testimonio para que sea creíble y tenga validez debe ser avalado por otro medio probatorio, hoy fruto de esas revelaciones se empiezan a conocer nombres de una burguesía ‘intocable’ de magistrados, ministros como: Bustos, Ricaute, Tarquino, Cardenas, Andrade, Gina, Alvarez, y muchos otros de esa élite rancia como Roberto Prieto, quienes desde hace muchos años se han feriado los recursos del Estado, bajo la mirada cómplice de la prensa interiorana, que siempre los ha encubierto.
Nada justifica que esta señora venga a decirnos justo ahora «no más ventiladores» tal actitud es un mal mensaje para el país. Claro que hay que ir por la plata ilícita producto de la corrupción como ella lo plantea, pero las delaciones debidamente soportadas que reciba la justicia, serán necesarias para desenmascarar a muchos sangre azul que aún posan de impolutos en la zona rosa de Bogotá.
Mientras en Brasil y Perú procesan bajo el debido proceso a figuras como los ex presidentes Lula y Toledo, en Colombia las justicia y los medios del interior parecen proteger a los verdaderos capos de la corrupción, distraen la atención de la gente, pero no la de la comunidad internacional, con las capturas de provincianos como el Ñoño, Bula o García a quienes le han subido el perfil y los han crucificado con solo el inicio de la investigación, pero no nos hagamos el pajaso mental, todos sabemos cómo lo dijera un congresista, ellos son solo garaje del edificio de Odebrecht.
Tanto es el descaro de la prensa hipócrita y enmermelada cachaca, que Mauricio Cárdenas este inmerso en escandalos de Dragacol, Reficar, Navelena y los medios no lo han condenado, mucho menos la justicia, pero como ese es el repartidor del dinero seguro por ello no lo tocan, tampoco decir que excusamos a los nuestros, pues quien se le demuestre que ha infringido la ley deberá responder ante la justicia, no sin antes respetarle su debido proceso y tener un juicio justo.
Por eso hoy desde esta tribuna, le decimos a la prensa centralista que no sea hipócrita, que no nos crean tan «estúpidos» que dejen de ser de doble moral, que ahora no vengan con el cuento que las delaciones que apenas se inician contra impolutos e intocables pero que les gusta la mermelada, son solo fábulas de sapos, que hagan periodismo serio y objetivo o que apliquen el mismo rasero a los de allá, así con la misma sevicia y vehemencia como la hacen con los nuestros.
Este artículo se parece a los de Toño Sanchez Jr pero escrito por otro autor. la misma idea central, la misma prosa, el mismo sirirí.