Pedro Barrera, tras la búsqueda de los puños de gloria

Pedro Barrera, tras la búsqueda de los puños de gloria

Por Keiry Arteaga Oviedo

Cuando Pedro Barrera ve los puños de gloria de los jóvenes de los barrios subnormales de Montería, no puede evitar compararlos con lo que vivió durante su infancia.

Desde niño fue apasionado por los deportes, en especial el boxeo. Esto despertó en Pedro Barrera unas desmedidas ganas de practicarlo y de ser cada vez mejor. A medida que el tiempo pasaba este muchacho crecía e igualmente aumentaban sus propósitos como pugilista.

En ese momento el único apoyo con el que contaba era el de él mismo. Su familia no estaba de acuerdo con lo que estaba haciendo, pero no estaba dispuesto a abandonar su sueño. Cuando tenía 15 años de edad entró a un club de boxeo, posteriormente uno de sus tíos fue quien decidió ayudarlo a escondidas cuando vio sus ganas y su talento.

Poco a poco demostró sus colosales capacidades en el ring con los demás contrincantes. Cuando fue mayor de edad, representó a Córdoba en torneos nacionales e internacionales, estableciéndose así como un profesional en su disciplina, trayendo consigo medallas de oro y de plata para el departamento, además de mencionar el sexto ranking del mundo en la categoría de peso gallo y supergallo.

A los 27 años de edad decidió retirarse de esa actividad para dedicarse a su familia, a su esposa, Nasly Guarín, y a su pequeña hija de 11 años, Lucy María, la que sacó los mismos ojos rasgados cafés de su padre, junto con el cabello liso y piel trigueña de su madre.

De ahí en adelante se preocupó por prepararse como entrenador idóneo, para enseñarles a niños que como él, se interesaron por el deporte y que por unas u otras razones no tenían la forma de instruirse en este. Tiene una personalidad amable y mucho carisma y eso es lo que más se necesita a la hora de trabajar con niños.

La preocupación por estos chicos de bajos recursos, que llevan una vida inestable, desperdiciando el tiempo en las drogas, inmersos en pandillas, en la prostitución y en las calles empieza a apoderarse de él, entonces surge la decisión de crear una escuela de formación con el fin de descubrir sus talentos, motivarlos y sacarlos adelante.

Club Unión

El “Club Deportivo La Unión”, como decidió llamarlo, tiene 18 años de creación. Allí llegan niños y niñas desde los 9 hasta los 16 años de edad. Han pasado los años y con ellos los del profesor que con 51 y unas canas que apenas sobresalen en su liso y corto cabello negro, no se cansa de forjar nuevos talentos.

Cuando este entrenador dedicado creyó que estaba solo, ya que realmente no cuenta con un apoyo de la Gobernación y tampoco de la Alcaldía, la fundación llamada “A la Rueda Rueda”, radicada en Bogotá, pero con raíces monterianas, se interesa por su inspirador trabajo y deciden ayudarlo ya que sus propósitos con los niños son los mismos, estar más allá en la búsqueda de sus talentos y su bienestar.

De la mano de ellos es como ‘El Profe Pedro’ mantiene su escuela día tras día, entrenando en sitios diferentes, en casas, en colegios y parques de algunos barrios de Montería como Furatena, Los Colores, La Unión, Villa Melisa y Canta Claro, solo por mencionar algunos, buscando y encontrando jóvenes que se unan a esta forma de vida.

Con la ayuda de la fundación, los alumnos reciben implementos útiles para su preparación y además cuentan con una merienda en todos sus entrenamientos. La cara de felicidad de los niños al ver la comida no se compara con nada, un vaso de “aguapanela”, bien frío, acompañado de un simple sanduche, les alegra el día.

Medallas de amor

Luis Ángel Álvarez Pertuz, es uno de los pequeños que con tan solo 12 años de edad trajo la medalla de oro en uno de los torneos de boxeo realizados en el municipio de San Antero, Córdoba. Como premio le fue obsequiada una anhelada bicicleta, que llenó de dicha a su humilde familia. Luis Ángel como todo ser humano tiene metas por cumplir, y una de ellas es representar a Colombia en los Juegos Olímpicos y confía en que con la colaboración de sus preparadores lo pueda lograr.

Pedro José, como entrenador y como boxeador que fue, desea ver los sueños de sus alumnos realizados, y no solo eso, quiere sacarlos adelante ayudándolos a construir un mejor futuro, en el que consiga hacerles ver que se puede aprovechar el tiempo en cosas beneficiosas para ellos con las ganas y el talento.

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