En San Antero Córdoba, hay un juniorista como ningún otro. Tiene 11 años, a veces se le ve jugando fútbol con sus amigos en algunas canchas de este pueblo costero, con su camiseta del Junior de Barranquilla, un 10 en la espalda, zapatos ortopédicos y a veces una cinta amarrada a su cabeza con un nombre escrito; Giovanni Hernández.
Su nombre es Yordys Méndez Mórelo, es el caso número 61 en el mundo del síndrome de Freeman Sheldon, una enfermedad genética caracterizada por las deformidades en manos y pies, ademas de otras áreas del cuerpo como en este caso la boca, que le limita su capacidad para hablar
Este pequeño Juniorista es un ejemplo de superación de obstáculos, nunca se rinde. Está en quinto de primaria en la
sede La Inmaculada de su pueblo, a veces piensa en el amor, le fascina entrenar fútbol en esta misma institución con sus compañeros y es muy habilidoso con los computadores.
El pequeño se comunica por señas, gestos y con escritos, habilidad que obtuvo después de un largo proceso de prácticas. No obstante pese a su enfermedad nuestro protagonista se destaca con muchas otras habilidades que denotan en el un alto grado de inteligencia y superación.
Su gran sueño su junior del alma y conocer personalmente a su técnico y ex jugador Giovanni Hernández. Aunque no puede hablar aún, no lo necesita para manifestar su apoyo al conjunto barranquillero, señalando hacia un viejo afiche de este equipo en su habitación, especificando que el número 10 de aquella época es su ídolo, “El Calidosito” Giovanni Hernández.
Yordy nació en el hospital San Vicente de Lorica el 2 de enero del 2005, Delmira Mórelo Sandon su madre, una luchadora inquebrantable por su hijo, siempre está dispuesta a contar la historia de su juniorista. Desde que Delmira trajo al mundo a su hijo este ya presentaba dificultades, luego de la cesárea se dieron cuenta de que él tenía deformación en las manos y pies, además de labio leporino e hipoxia perinatal.
La madre y su bebé fueron remitidos a Medellín para realizar diagnósticos y consultar qué sucedía. Luego de pasar por el hospital General y el San Vicente de Paul de la capital antioqueña, se realizó una consulta genética en la Universidad de Antioquia, donde se descubrió que el pequeño era el quinto colombiano con el síndrome de Freeman Sheldon o “Síndrome de Cara Silbadora”, en términos médicos ; un trastorno congénito poco frecuente que se caracteriza por un estado dismórfico que combina anomalías óseas y articulaciones contracturadas con unos rasgos faciales típicos.
A lo largo de su corta vida Yordys Méndez lleva más de 11 cirugías para combatir con su síndrome. Estas operaciones se hacen para mejorar la calidad de vida del chico, interviniendo las partes de su cuerpo que manifiestan deformidad con el fin de mejorar su motricidad y corregir estas zonas complejas pues a medida que él crece se alteran. Yordys utiliza zapatos especiales para jugar fútbol y para él ninguna discapacidad los va alejar de su pasión; el fútbol, el Junior de Barranquilla y Giovanni Hernández.
Su cuarto está repleto de afiches y camisetas del equipo barranquillero, Alex Villa Mórelo , primo de Yordys, ha acompañado al chico en su pasión por el junior y le ha enseñado a jugar fútbol. «Él siempre cuenta la anécdota de cuando el equipo tiburón no pudo ganar una estrella en la final del 2009, todos los junioristas estaban tristes y Yordys no era la excepción. Le vi un sentimiento muy grande”- comentó Alex haciendo alusión a la tristeza del pequeño chico en aquel 2009, a lo que agregó: “Entonces le regale mis camisas del Junior para que las tuviera y las pusiera en su cuarto”.
“Giovanni Hernández es la obsesión de Yordys”, dice su madre. Según el medico el pequeño podrá hablar con el tiempo y algunas operaciones, pero este Juniorista solo manifiesta su amor por este jugador,más que querer hablar. Al respecto Delmira comenta, “Cuando juega con otros niños me pide por señas o me escribe que les diga a los otros niños que lo llamen Giovanni, inclusive una vez me expresó con sus gestos y manos que por qué yo no le había puesto ese nombre”.
Yordys es fiel a su ídolo «El Calidosito» aunque este ya no juegue sino que sea director técnico. El principal regalo que él quiere recibir en esta navidad es conocer y reunirse con su ídolo Giovanni Hernández. Una gran motivación para que este pequeño guerrero de la vida, continúe luchando valientemente, como hasta ahora, con los retos que el destino y el azar le han impuesto.Su familia y principalmente su madre, se han propuesto contactar al jugador.
«Ha sido bastante difícil contactar a Giovanni Hernández, por eso hemos acudido a ustedes los periodistas de la Lengua Caribe para que ojalá él conozca a mi hijo. Muchas veces se han cerrado puertas pero si mi hijo ha sido perseverante no veo porque nosotros vamos a desistir en querer ayudarle a cumplir su sueño» afirmó llena de optimismo la madre de este juniorista de corazón.
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