Tipos de tusa

Tipos de tusa

Por: Lunática

Lina María Sande, Lúnatica

Alguien, en algún momento de su vida, decidió por todos nosotros que al desamor se le debía llamar tusa, de eso no hubo plebiscito, sin embargo concuerdo con esa persona en que hablar de desamor y repetir esa palabra todo el tiempo era bastante dramático y nos hacía ver y sentir más ridículos. Lo importante es el significado, que es lo mismo; una etapa de la vida después del amor en la que nos sentimos miserables e intentamos sobrevivir con la poca dignidad que nos queda después de una decepción amorosa, es ese sentimiento de que nos quebraron por dentro y para poder armarnos de nuevo  tenemos que ir recogiendo lo pedacitos (como lo haría cenicienta con las lentejas) hasta volver a remendarnos y seguir dispuestos a que nos vuelvan a romper unas cuantas veces más, pero así somos, pendejos desde que nacemos hasta que nos morimos.

Pero desde tiempos inmemoriales, ha sido difícil, a todos nos ha tocado sufrir por desamor o mejor dicho por una tusa. Lo que pasa es que no todo el mundo la vive de la misma forma; es por eso que hice una recopilación de las que he vivido en carne propia y las que me ha tocado lidiar a lo largo de mi corta y dramática vida.

La Lipo-tusa

La más común, esa que he anhelado toda mi vida y no ha llegado, consiste básicamente en echarse a morir con una huelga de hambre inconsciente, porque literal la gente que la sufre básicamente se alimenta de sus patéticas lágrimas. Lo positivo es q uno baja de peso, generalmente lo que engordó con quien lo dejó porque este tipo de tusa la sufre la víctima, al que dejaron por otro@, por infidelidad o porque se acabó el amor como a Maia.

La tusa tardía

Esa que da por allá dos meses después de la ruptura, de esa sí sé yo, cuando reacciono y caigo en cuenta de que estoy sola pensando en el condenado sin ninguna razón. Y ahí si empieza a dar duro, porque los recuerdos llegan, nos atormentan y nos metemos en una etapa de negación en la que no sabemos si hicimos o no lo correcto, extrañamos, odiamos, invocamos hasta que nos resignamos y entendemos que ya fue y que no va a ser más. Pero a menudo nos cuesta trabajo darnos cuenta de ello.

La tusa tecnológica, o la tecnotusa

En esta sí perdemos todo, es quizá la más ridícula, la que nos pone en evidencia porque en nuestro afán de demostrar que todo terminó, pero estamos súper bien y volvemos a comenzar, eliminamos todas las fotos del que ya es el ex, lo bloqueamos en todas las redes sociales para no saber nada de su miserable existencia y al mismo tiempo creamos una cuenta falsa para stalkeralo, le decimos a nuestras amigas que lo hagan por nosotras y aun peor, seguimos a toda su familia para saber qué hace, donde, con quien está y hasta contabilizamos los likes, revisamos los perfiles de cada uno y los seguimos también. Sí, hasta ese punto llegamos. Enfrente del celular unas 18 horas al día nos estrellamos con la cruel realidad, gordos de tanto comer por la ansiedad de saber qué hace, intentamos sobrevivir a la tusa con lo que nos queda, nuestra patética soledad, twitter  o facebook (inserte aquí la red social que más utilice para tirar puyas) publicando imágenes cursis, canciones o fotos que nos hagan ver “felices” para aparentar que estamos disfrutando de nuestra soltería, una foto como el amigo más bueno que tengamos, así sea gay,  cuando en realidad estamos a punto de volvernos locas.

La tusa alcohólica

La sufren hombres y mujeres que en la búsqueda de un consuelo nos refugiamos en la bebida con el propósito de ahogar las penas y en el intento seguimos perdiendo la poca dignidad que nos queda y terminamos «solos, ebrios y devastados» con una cuenta por pagar en un bar. Pero ahí no acaba, lo particular de esta tusa (una de mis favoritas) es que despertamos al día siguiente sin recuerdos y cogemos el celular lo más rápido que podemos rogándole al universo que no haya evidencia de llamadas o mensajes suplicando perdón o insultos escritos en algún idioma extraño por la falta de coordinación de los dedos, obvio por la borrachera. Si el celular está limpio, por lo menos nos evitaremos el guayabo moral y tomamos hasta que se nos olvide la razón por la que empezamos a hacerlo. Generalmente en esta tusa aparecen los amigos que pasaron por lo mismo o los que conocen los mejores bares de la ciudad y terminan siendo un gran apoyo en el proceso.

La tusa sexual

Triste, muy triste, quienes la han sufrido saben lo horrible que es, no querer sentir, ni tener contacto con otra persona diferente a la que tenemos en la cabeza, es como si se atrofiara alguna parte del cuerpo, la que siente deseo, la de las ganas y de repente quedamos reducidos a revivir recuerdos para sentir algo, lo que sea con tan de sentirnos vivos. Medicamente esto tiene una explicación, más o menos así; cuando estamos enamorados o enganchados una persona, segregamos dopamina (una hormona) y como los adictos cuando no la tenemos la echamos de menos, la necesitamos ya que solo con esa persona hemos asociado placer, deseo o futuro, de esta manera, la satisfacción que podría ofrecernos cualquier otra persona es mínima.

Es por eso que el pensar en sexo simplemente nos atormenta de no ser con esa persona con la que queremos y tener sexo con alguien más es un castigo, tanto que terminamos deseado que se acabe rápido para vestirnos y salir corriendo. He escuchado historias horribles sobre esto.

Sí, la tusa es una etapa difícil pero se supera, pero son momentos de la vida que nos enseñan cosas, desde apagar el celular en las borracheras, hasta entender que llenar twitter de indirectas no nos va a devolver a quien se fue. Lo positivo, uno sale reconfortado, recupera viejos amigos, le dedica más tiempo a las cosas que le gustan y como de cualquier caída, aprendemos una lección para siempre.

Déjame en los cometarios, con qué tipo de tusa te identificas.

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