Por: Farhad Mazinaní.
En el mundo existen infinidades de cosas que te pueden alegrar y llenar de satisfacción. Hoy como colombiano y amante del fútbol vuelvo a ser feliz al ver en la lista oficial de convocados para la doble jornada de eliminatoria al “Tigre” más aguerrido y luchador de todos, Radamel Falcao García.
Quien llegó a ser el mejor nueve del mundo hace algún tiempo y que gracias a sus goles volvimos a un mundial después de 12 años, no podía ser marginado de por vida de la “tricolor”. Aunque muchos lo consideren actualmente más un exjugador por lo que demostró en su paso por Inglaterra, yo sigo creyendo en él.
Creo en Radamel porque cuando apenas comenzaba su carrera en River Plate de Argentina, sufrió una lesión en la rodilla que pudo haber acabado con su sueño y apartado totalmente del fútbol, pero pese a cualquier pronóstico y con mucho trabajo de rehabilitación, Falcao regresó a las canchas mucho más fuerte mentalmente, tanto así, que en un partido de la séptima división de las Inferiores de River le anotó dos goles a Huracán sorprendiendo a espectadores y periodistas que lo vieron brillar aquella tarde. Fue justo ese día cuando Gonzalo Ludueña (compañero de equipo en ese momento) lo bautizó como el “Tigre”. De ahí en adelante, el resto lo sabemos todos.
Es bueno respetar los conceptos que tenga cada persona de algún jugador, pero es innegable que Falcao se convirtió en un ícono para Colombia y el deporte mundial. Tiene el mejor promedio goleador en competiciones europeas por encima de Messi y Cristiano Ronaldo, es máximo artillero en la historia de la UEFA Europa League, competición que ganó en tres oportunidades y es querido por hinchadas como las de Atlético de Madrid y Oporto.
Un futbolista que no es titular y no suma muchos minutos por partido es muy difícil que rinda y muestre todo su potencial. Esto fue lo que le pasó en Manchester United y Chelsea, que además de que no le tenían confianza, sufrió varias lesiones que lo alejaron de recuperar su fútbol.
Hoy el panorama es totalmente distinto para Falcao. Regresó al Mónaco, equipo donde tuvo la lesión que lo alejó de las canchas y del Mundial que más que nadie merecía estar. Es titular y capitán, volvió a jugar Champions League y a anotar después de siete años, además, por liga ya suma cuatro goles. Parece que está retomando su mejor nivel y justo cuando la Selección Colombia lo necesita.
Pékerman fue inteligente en esperarlo y no apresurar su regreso, es un técnico sabio que sabe exactamente cuándo y en qué momento un jugador le puede aportar a la selección.
Nunca olvidaré esos goles decisivos que anotó frente a Chile en la eliminatoria pasada que nos aseguró un tiquete directo al Brasil 2014. La vida da tantas vueltas que enfrentará justo al mismo rival en el mismo escenario. Las condiciones están dadas para que el “Tigre” juegue con su Selección después de más de un año de ausencia y demuestre que merece seguir en la élite del fútbol mundial.
Ser goleador está en el ADN de Falcao y por más tropiezos que tenga, siempre se levantará más fuerte y esta no será la primera vez. Espero emocionado verlo vestido de amarillo y con ese brazalete en su brazo, porque más que un capitán es nuestro Tigre que regresó para quedarse.