El nadador norteamericano, Michael Phelps, conquistó este jueves su cuarto oro en Río 2016, la que es su medalla de oro número 22 en Juegos Olímpicos, al terminar primero en la final de los 200 metros de estilos combinados, una prueba diseñada para los nadadores más veloces y capacitados en las modalidades de Estilo Libre, Pecho, Mariposa y Espalda.
Phelps llegó a meta con dos segundos de ventaja sobre su más próximo contendor, logrando su cuarto oro en cuatro Olímpicos consecutivos en un mismo evento, siendo el primer nadador en la historia en conseguirlo, razón evidente por la que este deporte no es para mayores, pero el norteamericano es un ser “de otro planeta”, pues media hora después volvió a tirarse a la pileta, esta vez con el objetivo de clasificar a las finales de 100 metros mariposa que se disputarán este viernes, lo que obviamente logró.
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“El Tiburón” tenía que limpiar su imagen y de qué manera lo logró. Phelps manchó su perfil al conducir borracho en 2014, lo que le trajo como consecuencia su detención y posterior suspensión deportiva. Terminó en una comisaría y en una clínica de desintoxicación en el desierto de Arizona, crisis de la que salió con natación y terapia psicológica.
Ahora, Michael Phelps ha vuelto a renacer, sigue siendo el mejor del mundo en su disciplina y perdurará como gran ejemplo para la juventud mundial, de como a pesar de las adversidades, los sueños se pueden cumplir y el deporte es el principal pilar para lograrlo. Pasaran décadas para que el mundo vuelva a tener a un deportista de esta categoría, que sin duda alguna, seguirá siendo por muchos años el más grande nadador de la historia.
Afortunados son los amantes del deporte en esta época de poder ver a semejante icono del deporte mundial.
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