Todo el país estaba a la expectativa por la reunión del presidente Gustavo Petro y el máximo líder de la iglesia católica, el papa Francisco.
Su encuentro tuvo lugar en las últimas horas en El Vaticano en una audiencia privada que duró aproximadamente 35 minutos y la cual tuvo como tema centrar ‘la paz’.
Sin embargo, dicha reunión ha desatado un sinfín de comentarios negativos después de conocerse que Petro le propuso al pontífice que El Vaticano sea sede de un ciclo de diálogo entre el Gobierno colombiano y el ELN.
«Hemos hablado de la paz de Colombia, lo habíamos dicho, buscando una posición mucho más activa, tanto del estado vaticano, como de la Iglesia católica, en el proceso de paz de Colombia. Es posible que hagamos una ronda, ya se hablará con el ELN, acá», dijo Petro en declaraciones a la prensa.
A los colombianos no les pareció una buena idea y de inmediato señalaron que están en desacuerdo con la petición del jefe de Estado, pues afirman que con esto se estaría haciendo “turismo guerrillero” y además habrá derroche con el dinero del Estado.
“Y cuanto nos va a costar a los colombianos que el remedo de presidente siga sumando millas de viajero frecuente y ahora llevar a unos guerrilleros a pasear a Europa”, dice una usuaria en redes sociales.
Por otro lado, como es costumbre en este tipo de encuentros, el jefe de Estado le llevó un regalo al Sumo Pontífice. En esta oportunidad, el presidente Petro le llevó una tradicional ruana colombiana, una prenda característica del altiplano de Cundinamarca y considerada un símbolo nacional. También le llevó café.
Por su parte, el obispo de Roma le entregó al funcionario una obra esculpida en el Vaticano con una mano extendida confortando a otra, una mujer con un niño en brazos y en el fondo una embarcación con varias personas a bordo. Trae tallado un mensaje en latín: «Llenemos nuestras manos con otras manos«.