Muchas personas alrededor del mundo han tomado el tema de los celos a la ligera, incluso algunos hacen chistes al respeto y llaman a su pareja “tóxica o tóxico”, haciendo referencia a su particular forma de celarlos.
Sin embargo, el tema de los celos es más serio de lo que muchos pensaban, incluso, existe un síndrome que lo explica.
Se trata del síndrome de Otelo, el cual se define como un trastorno delirante celotípico con ideas de engaño e infidelidad sin otra sintomatología psicótica asociada, y en algunos casos puede considerarse una manifestación del síndrome de disregulación dopaminérgica.
Este síndrome se hizo mayormente conocido por Debbi Wood, una mujer de Escocia que es considerada como ‘La mujer más celosa del mundo’, ya que cada vez que su esposo Steve regresa a casa, revisa sus mails, sus cuentas bancarias, le prohíbe ver mujeres así aparezcan en la televisión, entre otros detalles.
Tras varios meses de ser novios, Wood tuvo una leve sospecha de infidelidad por parte de su entonces novio, luego de que él le hiciera un comentario sobre otra mujer y le dijera que podría usar «un detector de mentiras para demostrarlo [Que no era infiel]».
Tomándose muy a pecho el comentario de Steve, la mujer compró un detector de mentiras y viajó hasta la casa de este joven para que le demostrara si estaba saliendo con otra mujer o no.
Desde allí las situaciones extremas se hicieron cotidianas en esta pareja, pues Debbi justificaba cada demostración de celos con frases como: «Bueno, cuando tienes un buen hombre, no lo vas a dejar ir, ¿verdad?».
Sin embargo, estas no son las únicas conductas de celos que tiene con su pareja Steve, pues la mujer revisa todos sus correos electrónicos, sus cuentas bancarias, le colocó un filtro a sus redes sociales para que no pueda buscar mujeres e incluso le compró un Xbox para que evitara salir y tener contacto con otras personas.
La mujer explicó que sus celos son causados por una relación traumática que tuvo previamente y que le causó problemas de inseguridad con su cuerpo, entre otros,
Finalmente, tras acudir al médico, se determinó que sus celos obsesivos eran causados por el síndrome de Otelo.