Las bestias carnívoras de Montelíbano

Las bestias carnívoras de Montelíbano

“Me ha pasado ni (sic) el profeta dueño de varios caballos

Los enseñó a comer carne pa´ que no comieran paja

Y al cabo de la jornada como todos pueden ver

El día que no hubo carne, se lo comieron a él”

Experiencias vividas, es una canción de la autoría de Diomedes Díaz en la que no solo expresa el dolor físico que tuvo que vivir por haber estado confinado en una prisión y por el padecimiento de su enfermedad de “Guillain-Barré”, sino el dolor de su alma triste al sentirse defraudado y decepcionado por quienes consideraba sus amigos.

La estrofa metafórica parafraseada en la canción vallenata fue convertida por los seguidores del “Cacique” en un himno al valor de la amistad, a la lealtad y solidaridad que siempre se debe tener con los amigos.

Ahora bien, quizás esta misma estrofa la está entonando actualmente de forma repetitiva el señor Gobernador de Córdoba, Orlando Benítez, ante los ataques despiadados y mal intencionados de los que ha sido víctima por parte de los hermanos Calle Aguas, sus amigos, socios y aliados políticos.

En efecto, razón tendría Orlando Benítez, de cantar a todo pulmón, ese estribillo vallenato, puesto que los hermanos Calle, especialmente Andrés, quien nació a la vida política de la mano de Benítez, una mañana de abril, cuando en un restaurante de la ciudad de Montería le ordenó a un joven desconocido, desorientado y escondido en el regazo de su padre: “Vaya rapidito y se toma una foto”.

El episodio aconteció en el año de 2018, ese día, en horas de la mañana, el señor Gabriel Calle De Moya, padre de los hermanos Calle, sostenía una reunión con Benítez Mora y Fabio Amin, en los que le imploraba su respaldo para aspirar al Senado de la República por el Partido Liberal, habida cuenta que el partido Cambio Radical, el día anterior del cierre las inscripciones, le negara el aval, en ese entonces, por su presente y pasado corrupto.

Ante la imposibilidad de que cualquier partido avalara al progenitor de los hermanos Calle, y la premura de quedarse por fuera del proceso electoral de 2018, se plantea, entonces, poner a aspirar a cualquiera de sus hijos, quienes se encontraban sentados en una mesa contigua: ¿“Por qué no pones a aspirar a unos de tus “pelaos” a la Cámara de representantes, nosotros te lo avalamos”?, fue la pregunta y propuesta en tono chistosa de los dos líderes liberales.

El elegido en ese momento fue Andrés, quien al día siguiente apareció, como por arte de magia y ante el asombro de las bases liberales, liderando la plataforma del “Nuevo Liberalismo en Córdoba”, creación política, programática e ideológica de Benítez Mora. Además, apareció, a instancia del Orlando, inundando el mundo mediático departamental a través de registros fotográficos donde aparecía abrazando a líderes liberales de Montería y Córdoba (Rafael Madrid, Aldrin Pinedo, Marcos Jaramillo, Janier Tirado, “El Cholo” Vergara, Daniel Márquez) … El resultado fue que Andrés obtuvo la máxima votación del Partido Liberal de la Cámara de Representantes Córdoba.

Ahora bien, hoy, cinco años después, ante la coyuntura electoral de las elecciones regionales 2023, los hermanos Calle, con un apetito voraz por el poder, como los caballos de Diomedes, deciden devorar a sus mentores políticos, en especial a Orlando Benítez; para ello, Andrés, el joven representante de la “fotico rápida”, además, de dudar de las capacidades personales, profesionales y condiciones morales del actual gobernador, lo califica de no tener identidad política, de haber defraudado al pueblo y de una mala gestión administrativa. Por su parte, Gabriel, actual aspirante a la gobernación de Córdoba, califica la administración de Benítez, de la cual formó parte, de corrupta al no ejecutarse las obras contratadas. 

El asunto y el enfado de los Calle es que Orlando Benítez (un hombre con una madurez política construida a lo largo de 16 años en el poder), ha entendido que para ganar elecciones no se requiere ir rápido y solos, sino que para llegar lejos se requiere ir acompañado; es por ello que decide sabiamente no intervenir y apartarse de la codicia de los Hermanos Calle, quienes pretenden, sin ninguna experiencia y con una prematura vida política, obtener, a cualquier costo (deslealtad, engaño, traición), acabando, de ser necesario, con los amigos, el poder hegemónico en el departamento de Córdoba.

Los hermanos Calle tienen la firme pretensión de convertirse en un clan político, con un apetito y una avaricia incontrolable por el poder, pero lo que hay que recordarles es que, en la mitología griega, los equinos carnívoros de la canción de Diomedes Díaz, no eran caballos, sino yeguas famélicas.