Desde el pasado 2 de junio, día de la renuncia de Laura Sarabia, el presidente Gustavo Petro expresó lo mucho que le afectaba la salida de su exjefe de Gabinete, dejando ver que para él esta representó un duro golpe incluso mayor que la renuncia de Armando Benedetti.
“Mi funcionaria querida y estimada y el embajador en Venezuela se retiran del Gobierno para que desde el poder que implican esos cargos no se pueda tener la desconfianza de que se van a alterar los procesos de investigación”, manifestó Petro.
En ese sentido, el mandatario dejó claro con esa afirmación que le daría garantías a la justicia en las indagaciones contra su exjefe de gabinete, demostrando que su gobierno coloca primero la verdad sobre cualquiera de sus funcionarios.
Pero a pesar de que Sarabia no ostenta el cargo actualmente, al parecer en secreto si estaría realizando el cargo que tenía anteriormente. Se especula que la exjefa de Gabinete de Petro se encontraría realizando tareas de manera anónima, lo que deja ver que es indispensable para el presidente en las funciones del Palacio presidencial.
La continuidad de la politóloga en algunas tareas como secretaria de despacho del presidente era, hasta ahora, un simple rumor de pasillo en la Casa de Nariño, pero resultó ser una realidad. Incluso ella confirmó que la posibilidad de volver al Gobierno ha estado latente, lo que dejó en evidencia que Petro la quiere de vuelta sin importar el escándalo que lleva a cuestas, aún sin esclarecerse.