El escándalo de las chuzadas a dos exempleadas de Laura Sarabia, se puede considerar como uno de los más grandes que han existido en el gobierno a lo largo de las últimas décadas, y como si fuera poco, cada día se llena más de misterios y pistas sin resolver.
Entre esas voces y declaraciones que nunca saldrán a la luz pública está la del coronel Óscar Darío Dávila Torres, clave en este caso por ser uno de los policías encargados de la seguridad de la Casa de Nariño, era el jefe de la oficina de seguridad anticipativa de la Presidencia, en la que se practicó el polígrafo a la niñera de la jefe de gabinete del Gobierno.
El coronel Dávila al parecer tenía información importante por revelar, ya que recientemente se conoció que le escribió una carta a la Fiscalía para ponerse a disposición de los investigadores que llevan el expediente por el escándalo de las chuzadas.
Sin embargo, 168 horas después, apareció muerto a pocos metros de la misma dirección que había notificado como su lugar de residencia.
Según las primeras pistas del CTI y teniendo en cuenta el material probatorio que recolectaron en su vivienda, al parecer el uniformado sabía quién dio la orden de interceptar por 10 días los teléfonos de Marelbys Meza y Fabiola Perea, extrabajadoras de Sarabia.
Por la forma en la que encontraron al coronel sin vida y según el reporte preliminar de los primeros agentes que llegaron al sitio, el coronel pudo haber atentado contra su vida.
Incluso, el presidente Petro, en un trino en el que expresó su pésame, ratificó de forma demasiado anticipada este sábado la tesis de que el uniformado se habría quitado la vida y que su escolta, quien se había bajado a comprarle una botella con agua, lo encontró con un tiro en la cabeza.
Esto mismo lo ratificó el ministro de Defensa, Iván Velásquez. Pero hasta tanto no salga el informe de Medicina Legal no se puede concluir la causa real de la muerte.
El misterio que rodea el fallecimiento de este oficial, con más de 20 años de servicio activo y, entre otros reconocimientos, con una medalla impuesta en 2010 por el entonces presidente Álvaro Uribe, no es menor y deja mucho que decir del actual gobierno, ya que parece que estaba a punto de hablar, sin embargo, extrañamente falleció antes de “sacar todos los trapitos al sol”.