Rubiela Giraldo no deja de llorar a su hijo tras 16 años de haber sido asesinado por el Ejército Nacional y hecho pasar por “falso positivo”, en el marco del conflicto interno que vivió el país por casi cinco décadas.
El joven Diego Armando Marín fue engañado con promesa de un trabajo, pero se lo llevaron para ejecutarlo y hacerlo pasar como una baja de combate en 2007.
Este hecho macabro destrozó a Rubiela, pero ella no se rindió y buscó justicia para su hijo, junto a un grupo de mujeres conocidas como las Madres de Soacha -un municipio cerca de Bogotá de donde provenían varias de las víctimas.
Las madres se unieron en su dolor y lucharon incansablemente para dar a conocer la verdad, sobre el asesinato de sus hijos, aunque al principio parecía imposible, mucho se opusieron, otros querían ocultarla, pero al final la verdad prevaleció.
Cabe mencionar que, el presidente colombiano Gustavo Petro presentó excusas públicas por lo que ocurrió no solo con los jóvenes de Soacha, sino con las más de 6.400 personas que fueron ejecutadas extrajudicialmente por el estado. Un suceso jamás realizado por ningún otro mandatario, puesto que es la primera vez que el Estado colombiano pide disculpas específicamente por este tipo de crímenes.
Rubiela lo ve dicha acción antes mencionada como un avance, sin embargo, manifiesta que no es suficiente. Para ella la herida permanecerá abierta hasta que no se responda una pregunta: «¿Quién dio la orden de matar todos esos muchachos?».
Por su parte, el gobierno de Petro sigue muy interesado en esclarecer aquella horrible época que dejo a cientos de familias llenas de dolor y parece ser que las víctimas se lo agradecen, quienes esperan que la justicia colombiana por fin les de claridad de lo que realmente paso y sus culpables.