Muchas personas en todo el mundo afirman que el dolor más grande que han sentido en sus vidas es perder a un hijo y describen el momento como algo de profundo dolor.
Así fue el caso de Vilma Fuentes, una mujer hondureña, que atravesó un peor duelo de su vida al creer que su hijo adolescente identificado como Adonay Urbina, había fallecido.
La pesadilla para esa familia inició el pasado 13 de octubre, cuando una persona que transitaba por una calle, se percató del cuerpo sin vida de un joven en la ciudad de La Entrada (Honduras).
El hallazgo también lo reportaron los medios locales, quienes indicaron que la víctima estaba llena de sangre y tenía varios impactos de bala, además, su rostro estaba desfigurado.
Los familiares de Adonay Urbina estaban confundidos, sin embargo, en medio del dolor iniciaron con los preparativos para enterrar al muchacho, a quien reconocieron por una cicatriz de quemadura en un brazo. Las autoridades procedieron a entregarles el cuerpo.
Es importante mencionar que Adonay se había marchado de casa tres semanas antes para intentar llegar a Estados Unidos, por lo que su paradero era desconocido y el inesperado final de su vida era una posibilidad.
Sin embargo, durante el velorio, los familiares del adolescente «fallecido» se sorprendieron al recibir una videollamada del joven al que iban a enterrar.
Vilma atravesaba el duelo de perder a su hijo e inicialmente pensó que esa comunicación era una broma despiadada.
Sin embargo, al contestar, confirmaron que era él y que el joven estaba vivo. Lo que solo podía significar que a quien velaban era otra persona.
La madre de Vilma declaró a los medios de comunicación locales que todo muy sorpresivo y que no les creían a los amigos del adolescente, hasta que lo vieron y les dijo: «Estoy aquí, en la frontera. Estoy vivo, no estoy muerto».
La sorprendida familia llamó rápidamente a la policía para aclarar la extraña situación y decidir quién era realmente el hombre sin vida.
Finalmente, los agentes acudieron a la casa y descubrieron que el cadáver era el de Jimmy Sarmiento, un joven de 15 años desaparecido.
Fuente consultada El Tiempo.