El velorio de un señor de 66 años identificado como Hernán Sojo, le ha conmovido el corazón a cientos de personas alrededor de todo el mundo.
Todo se dio tras conocer la gran historia de amor detrás de la muerte del hombre, ya que su mascota, una tierna gata llamada Nucita, se subió al ataúd de su dueño.
Muchos han manifestado que ese es el amor verdadero, el de las mascotas “le vínculo que unía a la gata y su amo traspasó fronteras físicas”.
Jeniffer, la hija de Hernán, quien habló para La Teja, dijo que “él la trataba como una bebé, se preocupaba, aunque no estuviera en la casa, siempre estaba al pendiente de ella, dormían juntos y aún en medio de su enfermedad estaban muy unidos”.
En el mismo medio aseguran que desde hace meses, cuando la enfermedad de Hernán empeoró, lo único que lo alegraba era compartir con ‘Nucita’.
Por lo visto, ese amor era reciproco, pues la gata no se despegaba ni un segundo de su amo, ni cuando este falleció.
Aunque el hecho ocurrió el pasado 27 de junio en Cachí, Costa Rica, sigue despertando todo tipo de comentarios de consuelo entre los cibernautas.