La política lejos de los apasionamientos, es número, estadística, quienes la han ejercido saben que es así, no son las percepciones de los politólogos las que las descifran, son los mismo políticos que la han vivido en carne propia, quienes saben que sin números no hay resultados.
De las últimas cinco elecciones presidenciales realizadas en el nuevo milenio, tan solo la primera vuelta de las elecciones de 2018 arrojó un saldo en contra de la abstención. 47% de los colombianos decidió no salir a votar, un panorama que en las pasadas jornadas antes de las elecciones de 2018, siempre se mantuvo por encima del 50 por ciento.
Es posible que esa tendencia de crecimiento en cumplimiento del deber sagrado a votar, se mantenga o haya un mayor número de votantes en estas elecciones, es decir que estemos por encima del 50% motivados por la misma polarización e incertidumbre que hoy afronta el país, por eso consideró que podríamos estar en un 60% de personas que acudan a las urnas, en el mejor de los escenarios.
En la actualidad Colombia tiene un censo electoral de 38.621.981 es decir que si en primera vuelta participan el 60% de la población, votarían 23.171.188, siendo optimista, pues tendríamos un crecimiento de un 7% en comparación con la última elección presidencial, que tuvo una abstención del 47%.
Bajo estas perspectiva para ganar en primera vuelta se necesitarían el 50% del total de votos válidos, es decir 11.586.594, de lo contrario los dos candidatos con mayor número de votos deberán participar en una segunda vuelta presidencial, donde el que obtenga el mayor número de votos llegará al palacio presidencial.
¿Ganará en primera vuelta Gustavo Petro la presidencia de la República? lo veo poco probable, vamos por parte, en las elecciones presidenciales de 2018 donde el candidato de la izquierda extrema de Colombia tuvo su mejor participación en una contienda de estas características, obtuvo un resultado de 4,851,254 votos, para un porcentaje del 25.08%, el cual le dio el segundo lugar para pasar a segunda vuelta y enfrentarse al hoy presidente Iván Duque.
Hoy vemos “aparentemente” un candidato (Gustavo Petro) más fortalecido (tiene 8 años de estar en campaña), que llama multitudes y llena plazas y como en anteriores participaciones barre en las encuestas, las mismas que alguna vez expreso el inmolado Álvaro Gómez Hurtado, “las encuestas son como las rellenas o morcillas inventadas en Boyacá y, producidas con la sangre de los cerdos: Son muy ricas pero es mejor no saber cómo las hacen”. Según la mayoría de las firmas encuestadoras, Gustavo Petro obtendría un 40% promedio del total de votos válidos en primera vuelta, lo que sería en cifras de acuerdo al análisis que hoy realizamos un total de votos de 9.268.475 lo cual no le alcanzaría para ganar en primera vuelta.
Petro perdió la elección pasada con 8’034.189 votos, es decir en el escenario analizado el candidato del pacto histórico, solo tiene un crecimiento de 1.234.286 de votos que equivale a un 13.3%, un crecimiento muy bajo para un candidato con 8 años de campaña, que ha sabido interpretar a la gente, que con su lenguaje coloquial y populista dice lo que el pueblo quiere escuchar, pero que contradictoriamente también ataca a la corrupción pero se alía con los corruptos más grande de este país, situación que le resta a su discurso y dice mucho de su calidad de persona.
Petro creo llegó a su techo electoral, el crecimiento obtenido comparativamente hablando, con tanto tiempo en campaña, ha sido muy bajo, por eso considero que no ganará en primera vuelta y en segunda mucho menos, pero la mesa está servida y los platos podrán saborearse, en política 2 + 2 no son 4 y no hay plazo que no llegue ni fecha que no se cumpla, el día de la quema se verá el humo y el candidato del pacto histórico, Gustavo Petro seguirá siendo el rey para llenar plazas, el rey para ganar encuestas, pero también el rey para perder elecciones.