Montería es una de las ciudades de Colombia donde existe una conexión directa entre la gente y la naturaleza, especialmente con los árboles, debido a su condición de biodiverciudad, que integra la biodiversidad como eje de desarrollo en la planeación urbana, sumado al potencial hídrico del río Sinú y sus ciénagas acompañadas de la reserva vegetal y animal, los cuales no han sufrido alteraciones por las obras civiles y se han engranado en completa armonía.
En este sentido, desde el Gobierno de la Gente se sigue trabajando para que esta biodiverciudad, la segunda de la Región Caribe después de Barranquilla, continúe siendo fuente de vida y restauración, proyectando iniciativas de reforestación y gran impacto ambiental en diferentes puntos del municipio, a fin de recuperar ecosistemas y hábitats de especies.
Sembrar árboles es sembrar vida
La Ronda del Sinú, el parque lineal más largo de Latinoamérica, es el “pulmón verde” de Montería y entre su flora convergen árboles nativos como bongas, cedros, cauchos, almendros, palmeras, mangos y robles, pero la variedad de especies arbórea existentes en diferentes puntos de la Perla del Sinú la hacen única, pues también cuenta con mangle zaragoza, oiti, neem, guayaba dulce y palma de manila.
Actualmente, de acuerdo al censo arbóreo realizado por la Alcaldía, hay sembrados más de 85 mil árboles en el espacio público urbano y se proyecta sembrar otros 326 mil más mediante el proyecto Betancí.
Los árboles son primordiales para mantener la biodiversidad biológica, pues prestan diferentes servicios ambientales, tales como producción de oxígeno, retención de contaminantes, generación de microclimas para regular la temperatura y mejorar la calidad de vida.
Así mismo, fijan los suelos de los alrededores de donde existen, filtran las aguas y sirven como hogar y refugio de todo tipo de especies animales.