Unicórdoba trabaja con productores de queso costeño de siete municipios para mejorar sus técnicas de manufactura

Unicórdoba trabaja con productores de queso costeño de siete municipios para mejorar sus técnicas de manufactura

Un total de 200 productores de queso costeño de los municipios de Montería, Cereté, Ciénaga de Oro, Chimá, Lorica, Planeta Rica y Tierralta, mejorarán sus técnicas de manufactura para el control de microorganismos patógenos, que impactará en la vida útil del producto y cuyos resultados estarán sujetos a patente.

El proyecto de extensión del conocimiento lo lidera la Universidad de Córdoba, a través del Departamento de Ingeniería de Alimentos, con multidisciplinariedad de al alma mater y con el aporte además de la alianza que se ha logrado para el mismo con la Gobernación y con la UPB, Montería.

La iniciativa se denomina: ‘Desarrollo y Transferencia de Conocimientos para la Innovación de Productos Biocontroladores en Queso Costeño, Para Atender las Necesidades del Sector, Derivadas de la Emergencia Económica y Social, Causadas por el Covid-19’, con recursos del Sistema General de Regalías, Fondo de Ciencia y Tecnología.

La doctora Maryoris Soto López, docente del programa Ingeniería de Alimentos, de Unicórdoba, explica que la necesidad de mejorar las prácticas de manufactura con los pequeños campesinos y productores, surgió de un diagnóstico que revela que la producción de queso costeño, además de ser una de las actividades que más aporta a la economía del Departamento, en la mayoría de los casos se hace de forma artesanal, con debilidades en la cadena de producción desde el punto de vista de la cadena de frío y comercialización del mismo.

“Eso hace difícil que el queso se expanda a más regiones, a pesar de ser muy apetecido, entonces, esas limitaciones de comercialización se suma a los problemas microbiológicos y de inocuidad que el queso costeño acarrea. Con este proyecto buscamos: introducir las buenas prácticas de fabricación del queso costeño en nuestros campesinos, hacer transferencia de conocimiento en función de unas tecnologías nuevas para el biocontrol de microorganismos patógenos y deteriorantes y para patentes”, explica la ingeniera Soto López.

Otro de los impactos será la disminución de las enfermedades transmitidas por alimentos, en este caso, a partir del consumo de queso, además de la aplicación de alternativas científicas en procesos artesanales, para mejoramiento de la cadena productiva.  Contará con el apoyo científico de estudiantes del doctorado en Ciencia y Tecnología de Alimentos y de la maestría en Ciencias Agroalimentarias, de Unicórdoba.

El proyecto está en la fase de requisitos iniciales para entrar en ejecución y busca dar respuesta también a la resolución 2674 de 2013, que contempla los requisitos sanitarios que deben cumplir las empresas o negocios de alimentos.