A través de un comunicado, los trabajadores del Hospital San Jeronimo de Montería indicaron que no cuentan con los elementos de protección necesarios para enfrentar la pandemia de Covid-19.
Además, señalaron que son múltiples las falencias que ha cometido la interventoría del Hospital San Jerónimo, liderada por el agente interventor Rubén Trejos.
“Al iniciar la pandemia (hace más o menos un mes y medio) nos reunimos con el doctor Luis Fernando García, subdirector científico y Sergio Leonardo Muñoz (jurídico) a quienes les expusimos nuestra preocupación por el alto riesgo al que estábamos sometidos atendiendo pacientes altamente sospechosos y portadores de Covid-19 sin elementos de protección personal y la respuesta de ellos fue enviarnos por correo, diciendo que cada uno de nosotros debía solicitar al ARL nuestros elementos de protección personal, que ellos no estaban en la obligación de proporcionarnos este tipo de elementos pero que de igual forma lo iban a hacer”, manifiesta el comunicado.
Los trabajadores, señalaron que hace 2 semanas carecían de todos los elementos de protección personal “no había batas desechables, tapabocas N95, no teníamos lentes o monogafas, alcohol antiséptico ni jabon glicerinado”.
Asimismo, sostienen que hace tres semanas 8 médicos generales fueron aislados por tener contacto con pacientes altamente sospechosos de Covid-19 pues no tenían elementos de protección personal. “Y no precisamente porque los trabajadores del área de la salud estuvieran incumpliendo los protocolos de protección, sino que no los había”
Los profesionales de la salud aseguran que cuentan con batas desechables las cuales deben utilizar durante 2 turnos seguidos, gorros, guantes y tapabocas N95 que también deben de reutilizar.
“La vida media de un tapabocas N95 es de aproximadamente 8 horas y nosotros los utilizamos durante más de 24 horas en muchas ocasiones un tapabocas de muy mala calidad, los cuales se dañan o se parten al momento de utilizarlos o sacarlos de la bolsa”.
Así las cosas, lo empleados solicitan a los entes de control poner la lupa sobre esta situación que no solo pone en riesgo la salud de ellos sino también la de los pacientes.