Justo Baena, el maestro, el autodidacta, el polígloto que deslumbraba

Justo Baena, el maestro, el autodidacta, el polígloto que deslumbraba


Por: Roberth Angulo

Justo Baena Rocha, nació el día 9 de agosto de 1920,  hijo del cartagenero Justo Baena Baena y la toluveña Ascensión Rocha Guerrero, quienes a principio del siglo XX en busca de mejorar sus condiciones de vida, se establecieron en San Antero, era la época de la prosperidad, por ello decidieron asentarse en este terruño. Se casó con Queda Núñez, de dicha unión nació un hijo que falleció, tuvo otra hija en Cartagena, luego convivió hasta el final de sus días con Margarita Morelo, con quien tuvo un hijo que bautizaría con su mismo nombre.

Fue a principios del siglo XX la época de la prosperidad y el desarrollo económico de San Antero, en ese momento se establecieron las fábricas de manteca vegetal, de ladrillos, de hielo, tostadora de café, piladoras de arroz, fábrica de jabón, industria de curtiembres, puerto de embarque de la compañía norteamericana exploradora de petróleo Standard Oil Company, y un muelle acondicionado para la exportación de ganado, era la época en que todos llegaban a San Antero en busca de una oportunidad laboral.

La niñez del autodidacta fue normal, acompañaba a sus padres en sus quehaceres diarios, con ellos aprendió a cultivar la tierra, desde niño mostró sus dotes de inteligencia, sin embargo, en esa época era muy difícil sobresalir debido a las pocas oportunidades.

Su abuela Ascensión lo puso a estudiar en la escuela de Don Julio Miranda, el primer día de clases Don Julio colocó una tarea y debían resolverla 5 estudiantes que iban más avanzados que él, que apenas recién llegaba al colegio, y vaya sorpresa el joven resolvió de primero la tarea, esta situación generó la ira de sus compañeros que a la salida de clases quisieron lincharlo, lo tildaban de loco, le tocó encerrarse en la casa de Lorenza Noguera en la calle de la Cruz, la Policía le tocó intervenir y controló la turba, ese día su abuela decidió sacarlo del colegio.

El tiempo pasaba y Justo Baena como no estudiaba en el colegio, debido aquella situación desafortunada, se dedicó a leer libros, lo que lo convirtió en un completo autodidacta, un día cualquiera llegó a San Antero procedente de Cartagena un profesor de inglés de apellido Cisneros, este comenzó a dar clases en el pueblo, se hizo amigo de Baena, pero pronto se dio cuenta que no era productivo, los centavos que recogía de las clases no le alcanzaban para sostenerse, entonces decidió marcharse y le dejó como recuerdo y regalo a su amigo Justo Baena varios libros de inglés y francés con los que daba clases, el autodidacta no desaprovechó la oportunidad y aprendió hablar inglés y francés también se convirtió en un experto del idioma portugués, alemán, japonés, holandés e italiano, en total aprendió hablar 7 idiomas.

La inteligencia de Justo Baena se regó como humo, sin haber asistido al colegio ni mucho menos a la universidad, pero gracias a sus dotes divinos y de persistencia, logró ser profesor en el colegio de Julio Miranda donde casi lo linchan cuando era joven, en instituciones de San Andrés de Sotavento y Purísima, en Lorica en el instituto San Pedro Clavel del profesor Simón López Rebolledo en el año de 1959, donde impartía clases de latín al lado de otros paisanos que sí habían estudiado, como fueron Luis López (matemáticas) e Isaac Martínez (caligrafía), tenía varias formas de escribir, se aprendía todo de memoria, creó una escuela privada de varones, la cual tuvo por nombre, Escuela San José, en honor a nuestro patrono, la escuela de mujeres era atendida por su abuela Ascensión, quedaba ubicada al frente de la finada Doris Murillo en la calle arriba, con su método de enseñanza aprendieron a hablar inglés muchos sananteranos, tal es el caso de Juancho López, Ivet Moreno, Etilsa Mena, Judith Garces, Mirian Turian y otros más, el profesor tenía mucha paciencia con sus alumnos, su actividad de profesor era combinaba con la de agricultor.

El profesor Baena con la paciencia que lo caracterizaba, alguna vez dijo, “si hubiese estudiado yo habría sido un gran astrónomo” este autodidacta sabía hasta de astros, era sin lugar a dudas un don de la divina providencia, sus alumnos de la escuela San José cuando se presentaban para ingresar en los colegios de Cartagena, eran beneficiados para ingresar a un curso superior, llegaban muy bien preparados, era el traductor del pueblo, Judith Castro ex reina popular, fue testigo de unos japoneses que llegaron a San Antero y necesitaban un traductor, ella llevó al profesor Baena a playa blanca y allá con lujo de detalles hizo las traducciones correspondientes, recibió unos cuantos pesos de recompensa, en el ocaso de su vida, ya sin su escuela San José, se trasladaba casa por casa y servía de tutor para tareas dirigidas a los estudiantes, de eso vivió y se alimentó hasta el día de su muerte el día 29 de abril de 1993 a los 73 años de edad, una leucemia acabaría con la vida del maestro, el autodidacta, el polígloto que deslumbraba.