Al Invima llega Julio César Aldana Bula, un médico cordobés con esencia campesina y alma científica que combina coherencia y firmeza para administrar

Al Invima llega Julio César Aldana Bula, un médico cordobés con esencia campesina y alma científica que combina coherencia y firmeza para administrar

Por segunda vez  y con nuevos retos llega a la dirección del Instituto Nacional de Vigilancia de Medicamentos y Alimentos, Invima,  Julio César Aldana Bula, doctor en medicina egresado de la universidad del Norte en Barranquilla.

La disciplina, dedicación y la práctica de buenos valores le permitieron a este sahagunense de 52 años, mostrar excelentes resultados durante su primera gestión al frente del Instituto, entre  el 2002-2007, periodo en el cual el Invima se consolidó  como una de las mejores dependencias estatales enmarcada en agilidad, solvencia técnica y transparencia, y él como uno de los mejores funcionarios públicos del Gobierno de turno, sin investigaciones disciplinarias, fiscales y menos penales.

Y es que su extracción campesina le permite llevar en su ADN, el “Gen”  de laboriosidad, la humildad pero sobretodo de la honradez y honestidad. Por convicción y como carta de presentación mantiene como principio de vida el trabajo honrado, el servicio social y el amor por la academia, este último para romper paradigmas “¡los campesinos también son doctores!”,  no en vano terminó maestría en seguridad social en la universidad  Alcalá de Henares en España y especializaciones en gerencia de servicios de salud en la Universidad del Norte.

Su amor por la medicina lo llevó una vez más a traspasar fronteras y culminar otra especialización en radiología e imágenes diagnósticas en la universidad de Buenos Aires en Argentina. No obstante a pesar de conocer y disfrutar de otras culturas,el amor por su tierra, por los olores, sabores, colores y en general por  las cosas del campo siempre lo trajeron de vuelta a su natal Sahagún,  donde recuerda con total nitidez los días de su infancia cuando el vaivén de  la hamaca donde dormía, lo producía las tiernas y frescas brisas traídas por el mar Caribe. Ni el más seductor baile andaluz ni el imponente ritmo de un tango lograron que el nuevo director del Invima cambiara su gusto y pasión por el folclor de  su tierra. Nada como un buen porro de Córdoba, nada como un gupirreo que se escapa  al escuchar  el sonar de unas trompetas dándole vida a María Varilla.

Ahora sabe que el reto en el Invima comprometerá  gran parte de su tiempo, sin embargo se siente satisfecho porque advierte estar acostumbrado a disfrutar plenamente de su familia, de su esposa Sara Belén Caballero Carbonell y de sus dos hijos Julio José y Sofía, más en calidad de tiempo. Sabe que junto a su esposa ha logrado educar a sus hijos y formarlos bajo  el buen ejemplo.

“Como padre de familia tengo la convicción que, ante Dios y la sociedad soy el responsable de mi hogar. Por eso con disciplina y mucho amor intento ayudarlos en su formación integral como profesionales y especialmente como seres humanos útiles a la sociedad. No hay herramienta más útil que el diálogo constante y el amor en la formación de los hijos. Corregir con amor, pero con coherencia y firmeza. Dialogar y dialogar hasta el cansancio” Apuntó  Aldana Bula.

 

Como todo ser humano sabe de sus defectos,  esos  que ha logrado corregir gracias a la ayuda apoyo y comprensión de su esposa, quien como profesional con él ha puesto en práctica sus conocimientos como buena psicóloga. Al hablar de ella se muestra muy enamorado tras 22 años de matrimonio. “Ella es el complemento de mi vida literalmente. Es una madre abnegada, compañera y amiga solidaria de todos los momentos. Esposa amada que a mí me ha moldeado como persona, ha sido de una ayuda invaluable en mi vida profesional, familiar y personal”. Sostuvo.

  Julio César Aldana Bula y su esposa Sara Belén Caballero Carbonell.

Fiel a sus convicciones políticas  se muestra orgulloso de militar en el Centro Democrático, desde donde conoció de las cualidades humanas del hoy presidente de la República Iván Duque a quien le agradece la generosidad y confianza así como al  ministro Juan Pablo Uribe, el hecho de haberlo asignado para estar nuevamente al frente del Instituto en el que se ha trazado como propósito, convertirlo en una entidad ágil, transparente y  comprometida con la salud pública. Meta que para poder cumplir dice es necesario blindarse a intereses politiqueros, tener cero tolerancia con la corrupción y afianzar su naturaleza técnico-científica.

“Los directores que me han precedido, sin duda han hecho grandes aportes a esta entidad, pero como todos los procesos en la vida, seguro habrá aspectos en los que se puede mejorar y yo, honrando la gestión de todos ellos, emplearé todas mis energías para seguir impulsando al Invima como una gran entidad generadora de confianza”, expresa.

Sin tapujos ni temores advierte que no patrocinará prácticas deshonestas e ilegales.

“Nos emplearemos a fondo para ser ágiles con el empresario y el emprendedor, pero duros y estrictos con la corrupción, incluyendo la falsificación y los productos “milagrosos” que invocan propiedades no demostradas ni verificables engañando al consumidor”. En este punto Aldana Bula enfatizó que por nada permitirá que estas prácticas pongan en riesgos la salud de la población consumidora.

Como cordobés dijo que desde su cargo hará más visible la dependencia en Montería.

También se refirió al uso medicinal de la marihuana. “Este tema  ya es norma en Colombia. Faltan ajustes, pero claramente una cosa es el uso medicinal y otra muy diferente es el uso recreativo».

Por ahora mientras asume el cargo aprovecha el tiempo y disfruta en familia de gustos elementales como estar en su casa, alimentarse sano,  ver buenas películas, cuidar y jugar con sus perros. En este espacio queda tiempo para compartir con sus amigos, esos de toda la vida y los mismos que en momentos difíciles le ayudan a reconfortar el alma. El disfrute por ende se convierte en un homenaje a esos exponentes que dejaron con su voz un legado cultural que bien le recuerdan  “los sabores del porro” y a Pablito Flórez.