Un perro de la ciudad de Pasto permanece en la tumba de su amo desde el pasado 31 de diciembre, día en que sus familiares le dieron santa sepultura. El canino se niega a desprenderse del cuerpo sin vida de quien fue su dueño.
Quizás a muchos les recuerde a la historia de Hachikō el perro japonés que demostró lealtad a su amo esperándolo durante varios meses. Esta vez la historia se vuelve a repetir, de manera similar en Pasto, Nariño.
La mascota estuvo presente durante todo el recorrido del acto fúnebre hasta llegar al cementerio Jardines de las Mercedes, a las afueras de la ciudad. Ahí ha permanecido desde entonces.
Los trabajadores del camposanto temen por la vida del animal, motivo por el cual han hecho un llamado a los médicos veterinarios de la región para que lo auxilien.
Visitantes afirman que los esfuerzos para ayudar al canino han sido inútiles pues muchas personas han querido consolarlo o llevarlo a sus casas pero la mascota no quiere moverse de allí.
Una vez más, ha quedado demostrado que el perro es el mejor amigo del hombre.