Anteriormente los Incas tenían como tradición enterrar a sus difuntos en medio de danzas y cantos, y aunque estos ritos se han ido perdiendo, actualmente en algunas poblaciones de Perú todavía se realizan este tipo de ceremonias.
De acuerdo con algunos diarios peruanos, para los incas las lágrimas eran prohibidas en los entierros y preferían realizarlos en medio de un ambiente festivo como conmemoración a los aspectos positivos que hizo la persona en vida.
Incluso los ancestrales incas adoptaron el segundo día del mes de noviembre como como una fecha para visitar a los difuntos, cantarles, llevarles bebidas y alimentos.
Algunos sacaban a los difuntos de sus bóvedas y les daban de comer y beber; los vestían con sus mejores galas, le ponían plumas en la cabeza; cantaban y danzaban con ellos.
En la filmación que muestra a continuación, se puede observar como los empleados de una funeraria bailan con el féretro en sus hombros para rendirle una sentida pero alegre despedida al difunto antes de ser enterrado.