Por: Xenia Teresa Arellano Lacharme
Con la alegría arrolladora que la caracteriza: sinceridad e irreverencia para hablar de mujeres, ayer, en la Universidad del Sinú, Karina María Kinga Flandorffer Peniche, cerró en Montería, el ciclo del lanzamiento de su libro Brujas, vírgenes, madres y putas, las amo a todas.
Esta monteriana de sangre húngara y española, que por primera vez incursiona en el mundo de las letras, ha sabido capturar ágilmente la atención de un público heterogéneo: femenino y masculino; joven y adulto sediento de información clave sobre el comportamiento femenino.
A través de un conversatorio y en compañía del escritor sucreño Amaury Pérez Banqueth, de una forma amena, jovial, clara y jocosa, Karina se sumerge en el ser femenino y compara la vida y comportamiento de la mujer con los cuatro ciclos de la luna iniciando con la luna nueva, que identifica a la mujer bruja; la creciente, a la mujer virgen; la llena, a la mujer madre; y la menguante, a la mujer puta.
“Todas somos brujas, vírgenes, madres y putas, que alce la mano quién crea que no es así”, reta la autora al público expectante, quienes entre timidez y sorpresa; pena y risa; reconocen la veracidad de la afirmación una vez explica los conceptos.
Y es que la incursión de Karina en este mundo “poco convencional” y competitivo no es nueva, han sido muchos los años de viajes, entrevista y estudios de profundización en el tema aprendiendo de quienes saben para lograr su formación de terapeuta holística. “La energía sexual es la más poderosa y la más sagrada que tenemos, con ella se ha construido y destruido imperios” afirma enfáticamente invitando al sexo femenino a que la conozcan y reconozcan para que así la cuiden y quieran no entregándosela a “cualquier” hombre ya que el estar con un persona ata a ambos seres por siete años.
Sobre el título del libro, que ha logrado captar el interés de muchos, afirma con una risotada: “me encanta que la gente crea que es lo que no es, así surge un interés, lo compran y lo leen”; lo importante y más relevante del texto es recuperar la esencia femenina y lograr que la mujer deje de caminar desde lo masculino (que la lleva a peleas constantes con la vida y el mundo) para caminar en lo femenino que es su verdadera senda.
Con esta invitación y bajo la luz resplandeciente de la luna llena -que la ha acompañado en todas sus presentaciones-, la naciente escritora se despide de su tierra natal para continuar con su gira promocional al interior del país.
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