En la carrera 8 entre calles 36 y 37, centro de la ciudad de Montería, hombres vestidos con el uniforme de la empresa de mensajería Servientrega ingresaron a una vivienda y se llevaron más de 20 millones de pesos en efectivo, sin contar las joyas ni los aparatos tecnológicos.
Según la versión de la víctima, quien se gana la vida haciendo préstamos de dinero a madres comunitarias, estaba esperando a una mujer que le iba a llevar una plata, en efecto, cuando llegó la socia, detrás de ella venía un hombre vestido con el uniforme de dicha empresa, quien preguntó por la propietaria de la casa, nombre que se reserva este medio por seguridad.
Relata la víctima que cuando ella lo dejó pasar de la reja hacia la puesta de la casa, con la caja en sus manos, inmediatamente el hombre sacó un arma de fuego intimidó a la madre comunitaria, a ella y a sus hijos de 11 y 17 años de edad.
Posteriormente, ingresó su cómplice con un morral en el que iban ingresando todo lo que veía de valor, principalmente, agarraron todo el dinero que había en la gaveta de un escritorio, dinero que asciende a más de 20 millones de pesos, se llevaron los celulares, un PlayStation 4, joyas, entre otros elementos.
Antes de irse de la casa, los hombres amarraron y amordazaron a la víctima junto a su hijo de 17 años para que no hicieran nada cuando lograran sucometido, afuera los esperaba un tercer delincuente en un carro en el que huyeron a toda velocidad.
La mujer afirma que no pudo llamar a las autoridades a tiempo porque se le llevaron los celulares a todos, sin embargo, instauró la denuncia formal para que el CTI abriera un investigación formal, pero pese a que los uniformados se llevaron la caja como la prueba principal, la devolvieron manifestando que no tenía una solo huella, aun cuando todos vieron ingresar al delincuente con ella en sus manos y sin ningún tipo de protección.
Se le hace un llamado a la comunidad monteriana para que estén más pendientes ante situaciones sospechosas, ya que al parecer esa es una modalidad de robo disparada en la ciudad, donde los hampones se hacen pasar por mensajeros, vendedores y otros oficios para cometer los hurtos.