Tuvieron que pasar 55 años, seis meses y veinte días, para que llegara la noche más feliz de la historia del béisbol en Houston, Texas, luego de que los Astros consiguieran su primer título de las Grandes Ligas al vencer 5 carreras por 1 a Dodgers en el séptimo juego de la Serie Mundial.
Esta importante final quedará para la historia como un evento que incluyó drama durante el clásico de otoño y el resto de la postemporada. El histórico equipo perdedor se soltó las ataduras y batió todos los récords imponiéndose ante poderosas novenas de la gran carpa, como lo son Red Sox, Yankees y Dodgers.
Luego del poderoso huracán Harvey, los Astros adoptaron la frase Houston Strong para convertirla en verbo sobre el diamante. El equipo se unió para darle una alegría a su ciudad y demostrar que están de pie observando a las demás organizaciones del béisbol de su país.
El juego definitivo de la Serie tuvo grandes emociones, angustia y alegría, para unos y tristeza para otros. Los Astros eliminaron su nombre del triste listado de novenas que no habían conseguido un campeonato de MLB, el cual se redujo a siete: Rangers, Padres, Rays, Rockies, Brewers, Nationals y Mariners.
Aunque los aficionados esperaron durante décadas el primer campeonato, los bateadores de la franquicia no lo hicieron, pues salieron decididos a matar desde la primera entrada, Corey Bellinger, José Altuve, George Springer y Marwin González, fueron las figuras del encuentro.
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