La triste alegría de recordar a los difuntos

La triste alegría de recordar a los difuntos

A eso de las seis de la mañana, los más devotos, después del frenesí festivo de Halloween, se disponen a visitar a sus familiares y amigos en el cementerio, y no precisamente disfrazados. Es la celebración que conmemora a los fieles difuntos. Las mujeres y algunos hombres, aunque sea a regañadientes también, encienden velas y rezan por el alma de sus fallecidos allegados implorando misericordia bajo la creencia religiosa y cultural de que estos los cuidan desde el más allá.

Según el seminarista Brayan Simanca Martínez, “la Iglesia celebra la memoria de todos los difuntos. Todos se unen en oración por aquellos seres que ya partieron de este mundo, incluso por los que no sabemos que han muerto. Es necesario orar por el alma de quienes ya no viven. Por su eterno descanso.”

También dijo que, “la muerte siempre será un misterio, nuestra fe nos lleva a creer que después de la muerte está la vida eterna porque esa es la promesa de Cristo quién resucitó y se apareció a sus apóstoles; y ellos dieron testimonio de eso, esto es lo que nos lleva a creer y tener la esperanza que después de la muerte nos encontraremos con Dios, por lo tanto oramos para que quienes ya se nos adelantaron se encuentren gozando de esa presencia divina”.

Por su parte, el presbítero Lewis Gómez, formador del Seminario provincial San Carlos Borromeo de Cartagena, aseguró que, “el día de los fieles difuntos, es una expresión de nuestra fe en la resurrección, y los signos fundamentales son muy dicientes. Las flores nos hacen ver en el cementerio un jardín eso nos hace remitir a la resurrección de Jesús cuando lo confunden con el jardinero. Es decir llevar flores al cementerio no es para decorar las tumbas, si no para expresar que así como Jesús, también nuestros difuntos van a resucitar. En otro signo es la luz. La gente lo hace, lleva velas encendidas a las tumbas de sus seres queridos y esa expresión significa que la luz que representa la vida, vence a la muerte. La luz en la oscuridad es espera, confianza y fe”.

Lo cierto es que el 2 de noviembre, es una fecha que a muchos les trae tristeza, alegrías y momentos que se volvieron inolvidables al lado de ese ser que nunca más volvieron a ver; algunos tienen la tristeza intacta porque hace poco perdieron a su pareja, su hijo o su madre. Otros con el pasar del tiempo, simplemente recuerdan con más resignación a sus fieles difuntos. Y de esa forma, queda la muestra que ni la misma muerte puede arrancar el amor y el cariño de los seres humanos.

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