Córdoba no tiene plan de contingencia para frenar alto índice de suicidios

Córdoba no tiene plan de contingencia para frenar alto índice de suicidios

Karina Herazo

Cada día aumenta la cifra de suicidios y en Córdoba y a pocos días de finalizar el año, la Secretaría de Salud Departamental aún no tiene un plan de acción en marcha para disminuir esas estadísticas.

Según el Observatorio del Delito en lo que va corrido de 2016 se han quitado la vida 55 personas en el departamento de Córdoba y pese a los llamados hechos por las autoridades competentes, en esta sección aún no hay planes concretos.

Así se desprende de la respuesta entregada por la cartera de Salud a un derecho de petición en el cual se preguntan los contratos de prevención para disminuir el suicidio.

“En la actualidad se encuentra en etapa precontractual para la vinculación del recurso de salud mental”, es la lacónica respuesta de la cartera que dirige el odontólogo Jaime Pareja Alemán.

Señalan en la misma respuesta que implementarán en los 30 municipios, para disminuir las cifras de 2,66 por cada 100 mil habitantes a 1,66 por los mismos 100 mil, la Estrategia Intersectorial para la Prevención del Suicidio con enfoque étnico e intercultural.

Insisten además en que una vez el Ministerio de Salud y Protección Social haga entrega oficial de los lineamientos definitivos, producto de la intervención realizada en los departamentos y municipios priorizados, podrán adelantar el proceso.

Preocupa Tierralta

Los suicidios en Córdoba se han registrado en diferentes municipios como Montería, Cereté y Montelíbano, pero a las autoridades les preocupa la situación que están viviendo en Tierralta por el alto número que se registra en la comunidad Embera Katío, especialmente en la población joven, mujeres menores de 13 años.

También se han reportado casos en la zona rural de Montería, específicamente en Tres Palmas, Guasimal, Nuevo Paraíso, Guateque, El Vidrial entre otros.

Los datos de las personas que se quitan la vida son un referente importante para empezar las acciones del Gobierno. Se establece por ejemplo que el 29% de las personas son menores de 18 años, el 24 % de  46 a 59 años y el 18% de los casos son personas con más de 60 años.

Las cifras muestran que los jóvenes son los que más tienden a quitarse la vida y por ello urgen políticas encaminadas a tratar el hecho como un problema de salud mental.

Ojo con la depresión

León Sierra, sicólogo y docente de la Universidad Pontificia Bolivariana, sostuvo que dentro de las causas atribuidas para estas conductas suelen estar las enfermedades mentales causadas por la depresión, el trastorno del estado de ánimo, el alcohol y el abuso de sustancias psicoactivas.

Citó como factores de riesgo el estrés causado por problemas económicos, la violencia intrafamiliar, el desplazamiento forzoso, la discriminación y la pérdida de un ser querido entre otros.

El profesional de la sicología insistió en que se hace necesaria la implementación de un Plan de Salud que ayude a prevenir este fenómeno ya que estas personas suelen sentirse perdidas, derrotadas por las circunstancias adversas que atraviesan y creen no ser capaces de salir adelante. «Piensan que todo se salió de control y por eso deciden que la mejor forma de evadir estos problemas es acabar con su existencia, dejando en un estado de impotencia, rabia e indignación a sus seres queridos», reiteró.

En el postconflicto

Deison Dimas, coordinador del Observatorio del Delito, alertó a las autoridades para que se preparan para la época de postconflicto que se avecina e hizo un importante llamado para que las entidades competentes actúen de manera eficiente y muestren resultados positivos.

“La guerra y el conflicto armando repercuten en la salud mental de quienes la sobreviven, las víctimas y los combatientes, y también en la sociedad que percibe a diario la guerra a través de los medios de comunicación. La guerra ha procreado una sociedad enferma y por tanto debe implementarse una política pública para revertir los efectos», indicó el investigador.

Sostuvo además que los excombatientes y las víctimas de este nuevo proceso de paz necesitan un plan de acción y una política de atención psicosocial dentro de los planes de salud, justamente para evitar los suicidios.

Finalmente, advirtió que con menos recursos financieros para la guerra, no debería haber excusas de austeridades fiscales para destinar recursos que mitiguen la atención en salud mental.

Deja una respuesta