Aguas del Sinú, un verano que nunca termina

Aguas del Sinú, un verano que nunca termina

Por  Roberth José Angulo Santos.

Roberth AnguloEn el año 2007 el expresidente Alvaro Uribe Velez avaló los llamados Planes Departamental de agua Potable para mejorar la prestación del servicio de acueducto, aseo y alcantarillado en dichas regiones del pais. En el año 2008 varios alcaldes del bajo Sinú (San Antero, Lorica, Purísima de la Concepción, Momil, Tuchin, Chima, San Andrés) de manera irresponsable, decidieron entregar la operación de dichos servicios a la recién creada empresa Aguas del Sinú. Su tesis se fundamentaba en buscar una solución definitiva a esta problemática que toda una vida había afectado a los cordobeses y en especial a esta zona de la geografía bajosinuana.

Las expectativas eran enormes, la empresa que entraba a operar estos servicios encontraba montada prácticamente toda la infraestructura necesaria para la operación del mismo, como en el caso de San Antero donde ya existía una infraestructura en óptimas condiciones y con un patrimonio superior a los $ 17 mil millones de pesos. En  otros municipios el valor patrimonial de dichas infraestructura fue superior a los 26 mil millones de pesos.

En la época, el Plan departamental de Aguas, invirtió más de  14 mil 800 millones en los diferentes municipios del área de influencia de la empresa. Es decir nunca arrancaron de cero, esto permitía inferir que al nuevo operador se le facilitaría su proceso de prestación para llevar agua de manera regular y con el paso del tiempo de manera permanente a todos los habitantes de cada una de esas regiones, pero ni lo uno ni lo otro.

Tristemente casi a una década de haber entrado en operación parece ser  que el remedio fue peor que la enfermedad. El manejo del sistema de acueducto, aseo y alcantarillado del bajo Sinú, hoy cuenta con enormes deficiencias, que van desde un inadecuado tratamiento de las aguas residuales hasta un ineficiente servicio de recolección de residuos sólidos (basura).A diario nos enfrentamos al gigantesco problema de la potabilización del agua que consumimos  ya que Aguas del Sinú S.A.  E.S.P, según un informe de supervisión de la Contraloría General de la Nación no cuenta con un Plan  de  Gestión  del  Riesgo  para  el  Manejo  de Vertimientos, de  acuerdo  a  lo  establecido  en  el  artículo  44  del  Decreto 3930 de del Ministerio del Medio Ambiente del año 2010.

Dicho informe también advierte el abandono por parte del Operador de las estaciones elevadoras de aguas residuales  lo que provocó que varias estaciones estén fuera de servicio, provocando el rebosamiento de los manjoles, contaminando los recursos naturales,  afectando la salud  y disminuyendo la calidad de vida de los habitantes del área de influencia.

De manera reiterada los usuarios se quejan por la falta de cobertura y continuidad en el servicio de acueducto, ya que la empresa  no cuenta con suficientes vehículos recolectores de basuras, el cobro del servicio sin que este haya sido efectivamente prestado, el aumento excesivo del valor a pagar sin que se haya variado el consumo, el cobro de facturas acumuladas por varios años (infringiendo la Ley 142) y cobros promedio por encima de lo establecido para una tarifa de consumo complementario. Mientras todo esto sucede, Aguas del Sinú sigue sonante y campante. Los únicos cambios reales se dan entre sus directivas,  (socios) que pasan de unos a otros dueños,  que solo sirven para desangrar a los municipios vía (cobro de subsidios) y a sus habitantes (cobro de facturas), pero jamás se producen cambios positivos en unas políticas serias para el mejoramiento de este servicio que ha sido una constante de vieja data en el bajo Sinú.

La empresa Aguas del Sinú, al igual que grupos al margen de la ley viene “extorsionando” a sus habitantes con el corte del servicio no prestado, si no cancelan las respectivas facturas, es en muchos casos causante  de serios problemas en la salud e incluso de la vida de los usuarios, debido a la contaminación constante,  producto de las basuras, rebosamientos y olores nauseabundos de las alcantarillas. Esto se traduce hoy en  uno de los principales generadores de alteración del orden público en el bajo Sinú, como lo demuestra la reciente protesta en Lorica en la que sus habitantes quemaron llantas y bloquearon la vía de acceso a la población por la mala prestación del servicio y y la emergencia sanitaria a la que se vieron expuestos con el rebosamiento del alcantarillado, situación que provocó enfrentamientos entre el Escuadrón Móvil Antidisturbios Esmad y los usuarios. Hechos como estos no pueden seguir sucediendo en un país que busca la paz.

La rueda está hecha y no hay que inventarla, después del rotundo fracaso del sistema comunista en razón de su propia ineficiencia y desprestigio, hoy las doctrinas de izquierda socialistas siguen defendiendo la intervención del Estado como única garantía de la justicia social. Las nuevas corrientes neoliberales se caracterizan por la tendencia a la privatización de las empresas oficiales ante el fracaso de la administración pública, por la injerencia política en el manejo de los problemas económicos y la escogencia de los gestores que ocupan los altos cargos, más por influencias que por méritos y experiencia.

Particularmente soy partidario que la operación de los servicios públicos sea entregada a operadores privados pero necesariamente con experiencia comprobada y reconocida, pero con la condición que el estado nunca pierda el control o regulación de las mismas, solo así podremos lograr la excelencia de los servicios públicos y además que los gobernantes que entreguen la prestación del servicio vital a operadores sin reconocida idoneidad y experiencia en perjuicio de los más necesitados les caiga todo el peso de la ley por traición al pueblo.

Existen experiencias exitosas para la operación de servicios públicos en las distintas posiciones, que van desde los que profesan la estatización, hasta los que se la juegan por la privatización e incluso los que creen en las empresas de economía mixta, tal es el caso Cooperativa de Servicios Públicos de Moñitos que hoy es un ejemplo, prestando un mejor servicio que la encopetada aguas del Sinú.

Aún faltan aproximadamente 12 años para que culmine el tiempo de operación de esta empresa que día a día carcome a los bajosinuanos, por lo que los actuales alcaldes no pueden ser indiferente a este flagelo que tanto daño le ha ocasionado a sus habitantes, es por ello que deben conformar un frente común e iniciar una dura batalla para sacar a estos impostores que juegan con la plática, la vida y la salud de sus comunidades. Desde ya todos los alcaldes de manera conjunta (la unión hace la fuerza) deben denunciar a esta empresa ante la Superservicios, por no prestar un servicio continuo y de buena calidad, por no contar con programas de macro medición, infringir las normas en materia de asignación de subsidios y cobro de contribuciones a los usuarios,  por no aplicar la metodología tarifaria para los servicios de acueducto y alcantarillado y reportar información de mala calidad al Sistema Único de Información (SUI)», como si fuera poco por no atender directamente a los usuarios en sus quejas y reclamos, toda vez que trasladó su oficina principal al municipio de Cereté . Ese debe ser el primer paso, porque permitir que Aguas del Sinú le siga incumpliendo a los bajosinuanos y no actuar los convertiría en cómplices de sus fechorías.

Como bien he dicho, los alcaldes están en la obligación constitucional y legal de garantizar la buena prestación de los servicios públicos en cada uno de sus municipios, por tanto son los primeros llamados en salir en defensa de los intereses de sus habitantes a través de todos las herramientas jurídicas que permite la ley. La misma constitución política en su artículo 103 y la ley 136 de 1994 brinda al pueblo las herramientas necesarias a través de los mecanismo de participación ciudadana para actuar como en el caso de marras.  Por ello es posible (previo análisis jurídico) de la solicitud de un Referendo derogatorio para cambiar a la empresa Aguas del Sinú y que llegue un nuevo operador que garantice la eficiente prestación del servicio. Seré un soldado más dispuesto a coger el morral para emprender el camino que sea necesario bajo el marco de la legalidad en defensa del pueblo y así poder terminar con esta inclemente sequía producto de este fuerte verano que tanto daño ha causado a la población bajosinuana, llamada “Aguas del Sinú”.

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