La violación de una menor de 14 años en el baño de la institución educativa Julio C. Miranda del municipio de San Antero prendió las alarmas de las autoridades educativas.
La denuncia formal fue instaurada por el padre de la estudiante ante el fiscal Andrés Camilo Mercado Cabrales y en la misma señala que un joven de 16 años, quien había estudiado en ese colegio, pero había perdido el año, fue el violador y que se trata de una persona ampliamente conocida en la localidad.
Explicó que él llegó al colegio a buscar a su hija. «Eran aproximadamente las 10 de la mañana del martes. Yo vi que todo el mundo me miraba raro, pero no entendí por qué. Escuché cuando dos jóvenes decían que era mejor que me dijeran la verdad y entonces pregunté que estaba pasando», narra el atribulado padre.
Dice que fue hasta la parte más alejada de la institución donde su hija estaba fumando cigarrillo, junto a otras compañeras de la institución. «El cigarrillo lo había llevado un compañero», reiteró.
Caminó rápidamente y al llegar a uno de los salones encontró a su hija tirada en el piso. Él se molestó inicialmente con ella porque ya le habían contado lo que estaba haciendo y cuando la increpó esta con llanto en los ojos le dijo que había sido violada.
Los hechos
La joven estudiante se fue hasta la parte trasera del colegio a fumar. Allí estaban varios de sus compañeros cuando llegó el sindicado.
En la denuncia el padre advierte que el joven estaba consumiendo al parecer sustancias sicoactivas, porque las amigas de su hija le cuentan que le echaba el humo en la cara y que la menor perdía el control y quedaba como sin fuerzas.
La tomó por la fuerza y la arrastró hasta un baño contiguo al lugar donde estaban. Otro de los jóvenes que lo acompañaban se paró en la puerta para evitar que alguien entrara a auxiliarla, pese a los gritos de la niña.
Tampoco permitió que nadie se moviera a darle aviso a los profesores del lugar.
Cuando el violador consumó el hecho salió del lugar hablando del mismo como si hubiera logrado uno de los más preciados trofeos, narró el denunciante.
Al sitio llegó una de las profesoras y fue cuando salieron corriendo. De inmediato llegó el padre y se percató de lo ocurrido, pero ya los jóvenes no estaban.
Médico no hizo prueba
El señor, quien no tiene trabajo fijo, recibió orientación por parte del personal del colegio y uno de los profesionales de la institución lo acompañó a Lorica a instaurar la denuncia formal.
El dictamen de Medicina Legal fue que efectivamente la menor había sido violada. Sin embargo, no se pudo establecer si tenía alguna droga en la sangre porque el médico había salido de turno a las dos de la tarde y como no le pagaban horas extras no quiso devolverse.
Pese a que le pidieron el favor al profesional no fue posible hacer dicho examen y solo al día siguiente la niña fue valorada, pero no le tomaron muestras de sangre pues ya había pasado mucho tiempo.
Posición del colegio
El rector de la institución educativa Julio C. Miranda de San Antero, Gelver Bravo. no ha querido referirse al hecho ante los medios de comunicación. Sin embargo, brindaron acompañamiento al padre de la menor el día que ocurrieron los hechos.
El padre de la menor dijo que su hija no volverá al colegio, pues está muy deprimida por lo ocurrido y por ello solicitó a los profesores que le manden los talleres y los trabajos a la casa para que no tenga inconvenientes con la culminación del año escolar y que en ese sentido recibió todo el apoyo de los profesores.
Pidió a las autoridades que se investigue el hecho y que no quede impune, pues no se puede permitir que ese tipo de sucesos ocurran y mucho menos al interior de una institución educativa.