De los yerros en la Selección de Pékerman

De los yerros en la Selección de Pékerman

Por: Héctor A. Enríquez López

Para nadie es un secreto que esta Selección Colombia no convence. Si bien, marchamos en el cuarto lugar de la que posiblemente sea la eliminatoria al mundial de fútbol más difícil del mundo, el equipo deja serias dudas, tanto en su juego colectivo como en los recientes convocados.

Se han perdido puntos muy importantes, por ejemplo contra Uruguay, el equipo tuvo corazón pero no planteamiento; algo habitual en los charrúas lo heredamos hoy, en Colombia, con un técnico argentino.

Colombia es un equipo que, si desea clasificar al mundial Rusia 2018 debe hacerse fuerte en casa, algo que a la fecha no se presenta y no propiamente por falta de material humano, pues jugadores buenos tenemos, por algo nos hemos vuelto un país exportador de futbolistas en casi todas las posiciones.

Digo que no somos fuertes de local porque en Barranquilla de los juegos que se han disputado en la presente eliminatoria el saldo podría ser positivo en cuanto a números pero es muy desconcertante en cuanto a logros reales. Contra Perú, al inicio de la Eliminatoria se obtuvo una victoria 2 – 0, jugando sin una idea, era el comienzo de las Clasificatorias pero…

Posteriormente caímos derrotados con Argentina 0 – 1, en un partido que teóricamente era ganable. Los del Río de la Plata jugaban sin Messi y con una buena cantidad de suplentes. Nuevamente Colombia equivocó el planteamiento y caímos derrotados.

Contra Ecuador fue el renacer del combinado Patrio en este proceso, un juego fino, con táctica elaborada frente al en ese momento líder de la clasificación, un resultado 3 – 1 que bien pudo ser más abultado, un muy buen partido que llenó de esperanza los corazones de cerca de 47 millones de personas.

Posteriormente vino la cenicienta de estas Eliminatorias (Venezuela), resultado 2 – 0 en el que podría ser llamado “el carnaval del desperdicio”, incluyendo dos penas máximas erradas, el equipo jugó mejor que su rival debió ser un marcador amplio, muy amplio, pero erramos en la definición (pudo ser una historia diferente si el de siempre, Ospina, no interviene en un claro mano a mano cuando el juego iba empatado).

Luego vino Uruguay, el líder, el de la delantera más temible de Suramérica (y tal vez del mundo), la celeste que nos había derrotado 3 – 0 en Montevideo por allá en octubre de 2015, el mismo equipo que había caído con Colombia 2 – 0 en el mundial de Brasil 2014 y que generalmente se llevaba sendas goleadas del “metro”, ese mismo equipo al que debíamos ganar para afianzarnos en el camino al Mundial, fue el equipo que por poco sin mostrar mucha ambición se lleva 3 puntos de la siempre cálida Barranquilla.

Colombia en este trasegar de partidos ha obtenido más resultados que juego, realmente al equipo le falta alma, no tenemos un líder dentro del campo que de verdad empuje a los convocados y la presencia de este se hace necesaria, en el mundial teníamos a Yepes como capitán, ¡Cuanta falta haces Mario! Y además teníamos a Mondragón en el banco, el único mundialista  hasta ese instante, el jugador que inyectaba de experiencia a sus compañeros y el hoy histórico jugador más longevo en la cita mundialista.

A Brasil fueron tal vez los jugadores que estaban en su mejor momento, fue sorpresivo el llamado de Ibarbo así como lamentable la salida de Falcao, pero el equipo tuvo un libreto, rindió, gustó y enamoró.

Hoy Colombia cuenta con jugadores convocados por Pékerman que realmente no siempre son los que están en su mejor nivel, el técnico ha anulado a Adrián Ramos, que si bien es suplente en el Borussia Dortmund, cada vez que entra tiene un papel destacado, eso lo confirma su más reciente anotación en Liga de Campeones jugando dentro del once titular.

Profesor Pékerman, ¿dónde deja al mencionado Adrián, a John Córdoba, o a Duván Zapata?, todos ellos juegan bien e incluso se destacan en sus clubes en la Bundesliga o en el Campeonato Brasilero; ante la ausencia de gol en el equipo su aporte podría ser importante así fueran alternativas que se acercan al grupo y en convocatorias próximas (marzo de 2017) podrían ser bastante útiles.

Otro jugador que inexplicablemente nunca ha sido tenido en cuenta dentro del proceso clasificatorio es Cuadrado, también moreno pero en esta ocasión Vallenato y ¡ante todo Colombiano!; el portero del Once Caldas, capitán además del equipo, está pidiendo Selección a gritos hace muchos meses, pero no es escuchado y siendo sinceros, Ospina está bastante cómodo en la Selección pues no tiene competencia fuerte (espero que el regreso de Camilo Vargas a la tricolor lo ayude a retomar el nivel que alguna vez mostró jugando para Independiente Santa fe).

Si Colombia desea empezar a enderezar el rumbo necesitamos goles, y esos están en los pies, cabeza, pecho o cualquier parte del cuerpo lícita para marcarlos de Falcao y el sorprendente Miguel Ángel Borja, los cuales sobre el papel deberían ir en el once inicial del día jueves.

Profe Pékerman, los seleccionados y ahora los alineados no deben ser los jugadores que requieren cambiar de club por millones de dólares o multiplicar su sueldo, los convocados deben ser los jugadores que estén en su mejor momento y que aporten. ¡Están jugando con las ilusiones de un país que necesita de alegrías!

Volvamos a la táctica que se usó en Brasil y fue llevar a los mejores. Yo me la jugaría en la titular con Ospina. Arias, Mina, O. Murillo, Díaz. Sánchez como volante retrasado, Abel en la recuperación un poco más adelante, Cuadrado por derecha (para jugar ante Argentina, contra Chile está suspendido pero en el Metropolitano podría jugar otro de los recientemente olvidados pero en esta ocasión convocado que es Jhonatan Copete) y James como creativo y en la delantera Borja un poco fuera del área y Falcao como centro delantero neto, como el depredador que siempre ha sido y el martes pasado en la jornada copera en Europa lo volvió a demostrar.

PD: Tenemos que ganarle a los grandes, en el mundial si llegamos van los mejores, los que ya han sido campeones y el objetivo debe ser superar lo hecho en Brasil, perdiendo o empatando con los históricos no lo lograremos y en el actual proceso no hemos derrotado a ninguno de ellos.

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