En la vereda Calle Ralita, en San Bernardo del Viento, la felicidad se desborda y con razón: el anhelado sueño de contar con una vía pavimentada se ha hecho realidad, un tramo de 1,1 kilómetros que cambió sus vidas.
En medio de la multitud reunida bajo la sombra de los árboles, sobre la nueva calle, dos figuras resplandecían con alegría y esperanza: Sara y Eliana. Las dos niñas, con rostros iluminados por la emoción y la inocencia de la infancia, sostenían la cinta junto al gobernador Erasmo Zuleta Bechara. Con manos temblorosas pero decididas, cortaron la cinta, marcando el inicio de una nueva era para su comunidad.
“Esta obra es de gran importancia para nuestro departamento», expresó el gobernador, mientras sostenía a Sara en sus brazos. «Córdoba es un departamento rural que enfrenta grandes deficiencias en sus vías. Estamos mejorando la calidad de vida de nuestros campesinos, niños, niñas y jóvenes, permitiéndoles acceder más fácilmente a sus colegios. Hoy, desde Calle Ralita, en el corregimiento Pajonal, en San Bernardo del Viento, estamos cumpliendo con nuestro compromiso de llevar a Córdoba a otro nivel», comentó el Gobernador con una sonrisa plena de satisfacción.
Cerca de este lugar está la escuela donde estudian Sara y Eliana, desde allí, su profesor, Jorge Cogollo, mostró su gratitud por la nueva vía. «Damos las gracias a la gobernación por este proyecto que se hizo realidad para esta comunidad. Las condiciones para llegar a la institución mejoraron significativamente. Ya no enfrentamos las dificultades del barro y del polvo del año pasado. Era siempre un gran esfuerzo llegar hasta aquí», compartió el profesor, reflejando el impacto positivo que tiene la nueva vía en la comunidad educativa.
La inauguración del pavimento en la vereda Calle Ralita quedó grabada en la memoria de todos los habitantes de esta zona de San Bernardo del Viento como un símbolo de progreso y esperanza para el futuro.
Al concluir la ceremonia, las sonrisas se multiplicaron en los rostros de Sara, Eliana y el gobernador, así como en los de todos los presentes. Era evidente la satisfacción y gratitud en cada uno de ellos. En Calle Ralita viven a otro nivel, una nueva etapa de progreso y esperanza.