Que esta llama no se extinga

Que esta llama no se extinga

Por Efraín Díaz Aguilar

En muchas ocasiones he utilizado dichos populares en mis escritos y en esta ocasión no será la excepción: “Quien no conoce del tema sufre de engaños” Debo reconocer humildemente, que desconocía a ciencia cierta, la verdadera historia de la Universidad de Córdoba, la que hace poquito le acaban de celebrar con bombos y platillos, sus 60 años de fundada.

Tenía conocimiento que el doctor Elías Bechara Zainum había sido su fundador, pero hasta ahí, no sabía cómo se dio el hecho; pero al adentrarme en su historia, cómo nació, puedo asegurar que el reconocimiento a este héroe de la educación en Córdoba, ha sido demasiado tibio; no solo por las autoridades locales, departamentales, sino, por las autoridades nacionales.

Llegar hoy a la Universidad de Córdoba, una institución pública, conocer su Campus Universitario, observar que sus edificaciones tienen un manejo impecable igual o mejor que el de cualquier Universidad privada, hablar con sus empleados y notar el sentido de pertenencia que tienen hacia este Alma Mater, es motivo de satisfacción, de orgullo.

Hoy la Universidad de Córdoba está posicionada como una de las mejores universidades de la costa y Colombia, con una diversidad de programas en pregrado y posgrados en donde los directos beneficiados son la población de escasos recursos económicos, a la cual perteneció quien hoy es su Rector el doctor y PH Jairo Torres Oviedo un egresado de esta Universidad, que se educó con el mayor sacrificio de sus padres.

Verdaderamente el doctor Elías Bechara Zainum, le dejo un gran legado a Córdoba y al país; este loriquero de ascendencia libanesa era una persona visionaria, por eso luchó para derribar las barreras que encontraba a su paso y logró su objetivo, ¿Cuántos bachilleres de escasos recursos como el Doctor y PH Jairo Torres Oviedo, son destacados profesionales, gracias a la conformación de la Universidad de Córdoba?

Fue el doctor Elías Bechara Zainum quien les hizo lobby a los diputados de Córdoba de la época, para que la aprobaran, después de tanta insistencia la Asamblea del Departamento mediante la ordenanza No 6 de 1962 aprobó la conformación de la Universidad de Córdoba y autoriza su funcionamiento, pero ¿En qué lugar iban a trabajar?

Inicialmente abrió sus puertas en dos salones prestados del Colegio Nacional, pero en el mes de mayo de ese año fueron lanzados por los directivos de ese plantel educativo, creyendo que en el futuro la naciente Universidad de Córdoba podía apoderarse de la planta física de esa institución.

Sin infraestructura donde trabajar, al doctor Elías no le quedó más remedio, sino, invadir el antiguo Coliseo de Ferias que quedaba a la salida para Cereté, allí trabajó la Universidad aproximadamente 4 años, en los pasillos del Coliseo, hasta que el doctor Bechara consiguió el dinero para comprar el terreno, 64 hectáreas de la finca Nueva York, donde hoy se levanta imponente.

Después de haber dejado consolidada la Universidad de Córdoba, don Elías se embarca de nuevo en otro proyecto educativo, pero esta vez de carácter privado, se dio cuenta que la Universidad de Córdoba había quedado pequeña para esa cantidad de bachilleres que no tenían la oportunidad de cumplir sus sueños de ser profesionales, creo entonces, la CESCO (Corporación Educativa Superior de Córdoba) la cual nació con los programas de Administración de Empresas a nivel técnico – profesional, idiomas, Administración Educativa y Trabajo Social.
El doctor Elías llegaba a algunas empresas como bancos a ofertar su institución, le daba la ganga al estudiante de pagar su semestre por cuotas mensuales, fue la primera Universidad privada que le dio la oportunidad a un estudiante de escasos recursos de hacerse profesional.

La Corporación Educativa Superior de Córdoba, se consolidó y cambio su nombre por Corporación Universitaria del Sinú, hoy Universidad del Sinú, que también acaba de cumplir 50 años de constituida.
Don Elías Bechara Zainum, no solo es el fundador de dos grandes Universidades: la de Córdoba y la del Sinú; también en 1962 funda el Instituto Técnico Agrícola de Lorica, apoya la apertura del INEM Lorenzo María Lleras facilitando el terreno (parte de las 64 hectáreas de la Universidad) para su construcción, fue uno de los artífices de la creación del Colegio Cecilia de Lleras y contribuyó mucho para la aprobación del Colegio Nacional José María Córdoba.

Hoy el Gobernador de Córdoba Erasmo Zuleta Bechara es de esa dinastía, su propósito debe ser, superar el legado que dejo su abuelo o por lo menos igualarlo, y tiene como hacerlo, si se va del lado del presidente Petro puede conseguir grandes cosas.

El presidente de Colombia es de esta región, desea hacer innumerables obras para el departamento y está enfocado en la educación; con un gobernador amigo, que no le coloque palos a la rueda puede lograrlo.

Doctor Erasmo, si su abuelo lucho para que la Universidad de Córdoba fuera una realidad, usted tiene la oportunidad de consolidar ese legado que dejó su abuelo expanda la Universidad de Córdoba a los lugares más apartados del departamento, de esta manera la llama que un día prendió su abuelo, nunca se extinguirá, tomara más vigor para que trascienda por generaciones.