Durante más de tres años trabajó una supuesta médico en la Clínica de la Policía en Barranquilla, se trata de Maira Alejandra Zapata, quien atendía pacientes, firmaba contratos, y hasta recetaba medicamentos.
El caso ya pasó a manos de la Fiscalía por solicitud de la misma Policía. Todo empezó cuando las advertencias sobre la presencia de la falsa médica llegaron a la Dirección de Sanidad de la Policía, y su nombre no apareció en el Registro Único Nacional de Talento Humano en Salud (Rethus).
A pesar de que Maira Alejandra se destacó por su aparente buen desempeño, la mujer desapareció cuando las investigaciones revelaron una serie de irregularidades en la contratación en la clínica.
Lo sorprendente de la historia es cómo la falsa médica logró evadir los controles rigurosos que se aplican normalmente en la contratación.
Aunque firmó contratos de hasta 14 páginas con requisitos detallados, los documentos no pudieron confirmar lo más básico: la existencia real de la contratista.
La Policía, como contratante, le exigió a Maira Alejandra confidencialidad y cumplimiento de la ley durante la ejecución del contrato, incluso instándola a denunciar cualquier actividad delictiva.
Sin embargo, la ironía recae en que la propia Policía fue víctima de este engaño, sin que nadie, ni siquiera los colegas más cercanos de la falsa médica, pudieran explicar cómo se burló de los controles establecidos.
El escándalo también reveló un presunto caso de nepotismo, ya que la encargada de Sanidad para la Policía en el Atlántico, una coronel, al parecer, utilizó su posición para contratar a familiares.
Como resultado, cinco funcionarios han sido suspendidos disciplinariamente por presunta omisión de sus funciones y responsabilidades en los procesos contractuales.
Con información del Diario La Libertad, Barranquilla.