Sin duda hay conexiones que van más allá de las palabras, como este emotivo momento que se vivió en una clínica de Manizales, cuando José Fernando García Garzón, de 33 años, pudo descansar en paz gracias a su perrito llamado Tommy, con quien compartió 12 años de su vida.
García Garzón había padecido enfermedades de varios años de evolución, y ya se encontraba en la etapa final de su vida, pues llevaba varios meses hospitalizado en la Clínica Ospedale Manizales. Sin embargo, parece ser que algo lo mantenía aferrado al mundo terrenal, ya que, aunque le habían aplicado la sedación paliativa, el médico personal no se explicaba porque aún no descansaba en paz.
Fue en ese momento cuando su familia decidió llevar a Tommy a la clínica, para que pudiera ver por última vez a su mejor amigo: “Mi hermano no lograba descansar, inclusive sufrió un paro respiratorio y sobrevivió. Vino toda la familia a despedirse a ver si era eso lo que le faltaba, pero tampoco pasó. Los enfermeros nos preguntaron si teníamos mascota y nos sugirieron traerla”, contó Jenni Paola Carmona Garzón, hermana del joven fallecido.
Y así fue, aunque todo su cuerpo temblaba, Tommy llegó al centro médico y se acostó al lado de su gran amigo, quien lo recibió mostrando un estímulo, cosa que no había sucedido antes, ya que García presentaba una discapacidad cognitiva.
Definitivamente, su ‘Negrito’, como José le decía a Tommy, le dio lo único que necesitaba para poder irse tranquilo, al menos eso cree su familia: “sacamos al perro y cuando estábamos en el ascensor Tommy lloró intensamente y nos dio la corazonada de que eso era lo que faltaba. Mi hermano falleció 20 minutos después”, narró la hermana del joven.