El nombre de Zoraya ter Beek se emepezó a conocer en varias partes del mundo cuando, explicó a The Free Press, hace dos meses, que estaba a la espera de recibir la eutanasia.
La mujer era una joven de 29 años y vivía en un pequeño pueblo de los Países Bajos, cerca de Alemania. Estaba con su pareja, de la que aseguró estar felizmente enamorada y sus dos gatos.
Su familia no aprobaba la relación con su novio por la diferencia de edad, debido a que él tenía 39 años. Esa situación la llevó a estar distanciada de su madre y sus hermanas mayores. Por otra parte, su papá murió de cáncer en 2023.
Su novio inttentó ayudar a su pareja buscando ayuda profesional, la joven se sometió a 33 rondas de terapia electroconvulsiva. Sin embargo, su salud no mejoró.
La joven eligió la eutanasia como su último recurso después de una prolongada batalla contra la depresión, el autismo y el trastorno de la personalidad límite.
Aunque estaba físicamente sana, los problemas de salud mental de ter Beek la llevaron a esta decisión, lo que marcó un momento significativo que desafía las percepciones sobre la eutanasia y las enfermedades mentales.