La pizza hawaiana, con su combinación de jamón y piña, ha sido objeto de controversia desde que fue creada.
Este peculiar matrimonio de sabores dulces y salados ha ganado tantos adeptos como detractores.
Para algunos, la piña aporta una frescura que equilibra la riqueza del queso y el jamón, creando una experiencia culinaria única.
Para otros, esta fruta simplemente no tiene cabida en una pizza tradicional, argumentando que su dulzura se siente fuera de lugar.
Esta variación de pizza, originada en Canadá en la década de 1960, desafía las normas convencionales de la gastronomía italiana, generando debates apasionados alrededor del mundo.
A medida que las tendencias alimenticias evolucionan, la pizza hawaiana sigue siendo un tema recurrente de discusión en cenas y reuniones.
Entonces, la pregunta que divide a los amantes de la pizza es: ¿Debería la pizza llevar piña o no?