En medio de un intenso debate sobre la desigualdad en Colombia, el presidente Gustavo Petro ha generado controversia al vivir en una lujosa mansión ubicada en el exclusivo condominio de Santa Ana, en la sabana de Bogotá, cuyo valor supera los cinco mil millones de pesos, es decir, aproximadamente 3 millones de dólares.
A pesar de que sus seguidores, conocidos como «petristas», defienden su imagen de «presidente de los pobres» y argumentan que Petro nunca ha tenido dinero y su único objetivo es luchar contra la desigualdad, la opulencia de su residencia contrasta con su discurso. Esta situación ha suscitado reacciones encontradas entre los ciudadanos que cuestionan la coherencia de sus palabras y su estilo de vida.
La mansión de Petro se ha convertido en un símbolo de la paradoja entre su retórica y la realidad, llevando a muchos a preguntarse: ¿Para usted, Petro es pobre? La discusión sobre la desigualdad en Colombia sigue vigente, mientras los ciudadanos reflexionan sobre el uso de sus impuestos en el contexto de la vida del mandatario.