El trabajo forzado que tenían las mujeres en el mundo, las obligó a que se alzaran, se levantaran erguidas a reclamar sus derechos; al principio luchaban solas por su reconocimiento, el movimiento obrero de la época, era de corte patriarcal, las mujeres no gozaban de los mismos derechos que el hombre.
El Derecho a la igualdad estaba reservado exclusivamente para el género masculino, las mujeres no tenían por qué reivindicar este derecho; los registros fotográficos y la historia, demuestran que hasta los mismos obreros, esos que hacían parte del proletariado, no estaban de acuerdo que la mujer tuviera las mismas garantías e igualdad de condiciones que los hombres.
La igualdad de género era lo que ellas reclamaban: El derecho a elegir y ser elegidas; el derecho a desempeñar cargos públicos, el derecho a la integridad, el derecho al control del propio cuerpo, el derecho al trabajo, el derecho a una remuneración justa e igualitaria, el derecho a poseer propiedades, el derecho a la educación, el derecho a firmar contratos legales, derechos matrimoniales y parentales.
Todo eso que eran reivindicaciones exclusivas para los hombres, las mujeres lo reclamaban, esto en términos generales, para ellas, se llamaba igualdad de género; pero las mujeres también rechazaban el trabajo forzado, la opresión social, familiar y laboral.
Pero para alcanzar esa igualdad de género, debieron recorrer un largo camino, tortuoso, lleno de grandes espinas, veamos: Marzo de 1857, miles de trabajadoras en el bajo Manhattan protestaron por los míseros salarios y las condiciones inhumanas en que las sometían los patronos, la policía las reprimió fuertemente, resultando heridas centenares de ellas.
Marzo de 1867 las mujeres planchadoras de cuello, entraron en huelga en la ciudad de Nueva York, por la explotación laboral que eran sometidas, los patronos las obligaron a suspender la huelga; doblegadas, debieron incorporase a sus puestos de trabajo y como castigo, les rebajaron el salario.
Durante la Segunda conferencia internacional de mujeres socialistas que se realizó en Dinamarca celebrada en agosto de 1910, una dirigente alemana propuso la celebración del día internacional de la mujer para reclamar el Derecho al Voto, todos los derechos económicos y políticos que les eran negados.
En marzo 1911, aproximadamente veinte mil mujeres trabajadoras marcharon en Nueva York reclamando mejores sueldos y menos horas de trabajo, ellas tenían un horario de más de 16 horas diarias y recibían bajos salarios; cuando muchas de esas manifestantes regresaron a sus puestos, los patronos les cerraron las puertas ala fabrica, estando ellas adentro, incendiaron la fábrica como castigo; más de 146 mujeres murieron incineradas en ese acto.
Marzo de 1917 en San Petersburgo las amas de casa salieron a protestar contra el hambre, por los bajos salarios que recibían.
En 1952, la Asamblea General de las Naciones Unidas, declaro el 8 de marzo como día internacional de la mujer, la lucha de las mujeres fue ardua y combativa.
Para adquirir la Igualdad de Género, las mujeres debieron recorrer un largo camino, Colombia fue uno de los últimos países de América en reconocerles sus derechos políticos y por primera vez el primero de diciembre de 1957 pudieron concurrir a las urnas.
Quise hacer este escrito para felicitar a todas las mujeres en el mundo, pero especialmente a esas mujeres combativas de Colombia como: Diana Carolina Corcho, Ministra de Salud; Gloria Inés Ramírez, Ministra del Trabajo; Cecilia López Montaño, Ministra de agricultura y las senadoras: Aida Avella, María Jose Pizarro, Gloria Inés Flórez e Isabel Cristina Zuleta, mención especial para nuestra Vicepresidente FRANCIA ELENA MARQUEZ MINA.
¡Viva el día Internacional de la Mujer!