Como resultado de que las aerolíneas Viva Air y Ultra suspendieran sus operaciones aéreas, el presidente Gustavo Petro tomó la decisión de colocar a disposición los aviones de la Fuerza Aérea y los aviones presidenciales, para trasladar a los pasajeros que se encuentran varados.
La primera ayuda humanitaria de los pasajeros fue en una aeronave Fokker-28, que transportó a 29 personas desde Cartagena, Santa Marta hacía Bogotá. Los tripulantes se habían quedado varados tras la cancelación de los vuelos de las dos aerolíneas.
De igual forma, se dispuso una aeronave Boeing-737, la cual se utilizó para transportar a 240 personas desde la Isla de San Andrés hasta Rionegro, Cali y Bogotá.
El gobierno aún se encuentra estudiando que otras aeronaves se podrían utilizar para cubrir la emergencia aérea que afronta el país.