Según el dictamen de medicina legal, el Padre Javier Eduardo González Pertuz de 39 años de edad, oriundo de Planeta Rica, no murió por ‘intoxicación de sustancias alucinógenas’. El examen toxicológico al cuerpo del hombre religioso, fue negativo.
A raíz de que los resultados dieron negativos, las autoridades continúan la investigación del extraño fallecimiento del cura y harán estudios más exhaustivos al cuerpo. Hasta el momento, los resultados solo han arrojado que tenía exceso de alcohol en la sangre.
Los testigos afirman que el sacerdote se encontraba en compañía de un hombre, el 4 de febrero, dentro de un bar en el barrio Los Laureles en Medellín, sujeto que después de departir un rato, se va del lugar y se lleva todas las pertenencias de la víctima. El desconocido ahora es el principal sospechoso, según las autoridades.
Al minuto de cerrar el establecimiento, los administradores fueron a levantar al padre Javier González, pero no reaccionaba, entonces se percataron de que algo no estaba bien, por lo que decidieron llamar a la policía y fue así que notaron que no tenía signos vitales.